Invisible, Inc.

Klei Entertainment buscando otra vez reinar en mi corazón. Lo ha conseguido.

Empezamos, como casi siempre, echando un vistazo a lo anotado en el cuaderno de bitácora:

Día 1 (Tiempo de juego - primera misión): Tras completar el tutorial y la primera misión, he de decir que soy tan novato en este tipo de juegos que no quiero que la cosa se complique más. De momento tengo todo bajo control, pero tengo la sensación de que cuando aparezcan más personajes hay una pequeña posibilidad de que se desvirtúe. La impresión inicial es muy positiva, a la altura de mis elevadas expectativas.

Por ponerle algún defecto, eso de que en cada turno se vaya elevando el nivel de alarma no me gusta mucho. Siempre he sido de esos jugadores que odian los niveles con tiempo.

Normalmente son dos las anotaciones que acompañan al cuaderno, pero la ausencia de internet durante un tiempo me ha llevado a una única anotación. Efectivamente, Invisible, Inc. se complica bastante, pero el aprendizaje también es elevado. Es un juego difícil, pero el hecho de que suelo jugar a todo este tipo de juegos teniendo todo bajo control y ejecutando el mayor de los sigilos ha hecho que lo disfrute como no podéis imaginar.

Sólo hay una única razón por la que este juego desarrollado por Klei Entertainment (Mark of the Ninja, Don't Starve) no es directamente mi juego indie favorito de todos los tiempos -corona que tiene The Binding of Isaac-. Invisible, Inc. se vuelve tan complicado que roza lo injusto en el nivel experto, y es que estamos hablando de un juego que presenta elementos rogue-like en su núcleo de diseño. Elementos traducidos en niveles generados de forma aleatoria y permadeath, que pueden llevarte al fracaso estrepitoso sin posibilidad de reparo. He muerto varias veces por mi propia culpa, pero también he muerto porque algún diseño de algún nivel, debido a la aleatoriedad, se ha tornado en imposible. Es un juego difícil y no cambiaría la dificultad por nada del mundo, pero la frustración derivada de un fallo de diseño en un nivel no tiene nada que ver con la frustración de haber sido aniquilado por un fallo tuyo. La sensación de no poder tener el control de según qué situaciones le quita muchos puntos.

Pero que todo esto no nuble lo maravilloso de este gran juego de estrategia por turnos. Son pocos los juegos de este género que han caído en mis manos -véase Antisquad-, así que no quiero ni pensar lo que puede salir de un juego como X-COM cuando lo juegue. Tengo la sensación de que este tipo de estrategia es un género que me gusta un montón y del que sólo he probado unas pocas pinceladas. Lo que sí tengo claro es que Klei Entertainment me ha otorgado maravillas de juegos que jamás esperaba.

Un diseño portentoso, una estrategia basada en el sigilo genial -usando un sistema parecido de sombras y líneas de visión que veíamos en Mark of the Ninja- y los elementos de rogue-like que lo convierten en una de esas drogas difíciles de dejar. Odiarás el juego cuando mueras. A la hora ya lo estarás empezando de nuevo.