Jordi Orte, mediante Dolmen Editorial, tiene la amabilidad de compartir con nosotros su extensa labor de investigación y recopilación sobre el nacimiento, desarrollo e influencia del MSX.
Generosidad. Esa es un poco la palabra que me viene a la cabeza después de cerrar la última página de este MSX: El nacimiento del primer estándar. Creo que pocas veces he sentido una gratitud tan sincera al terminar un libro, y es que, tal y como nos cuenta Jordi Orte en los primeros pasajes, empezó recopilando información sobre su querido MSX para compartirla en su podcast Conexión MSX, allá por 2017, para acabar encontrando, un poco como todos los humanos, un parón grande en la pandemia de 2020 donde decidió profundizar en sus investigaciones para empezar a perfilar el libro que ahora tenemos entre manos. He tenido la suerte de leer muchos libros sobre videojuegos, y en concreto he leído bastantes sobre épocas pasadas y computadoras antiguas y, respetando sin duda el trabajo de otros autores, ninguno me ha dado una sensación de rigor e investigación tan concienzuda y relevante como lo que tenemos en este libro.
MSX: El Nacimiento del Primer Estándar es un libro casi enciclopédico, que destaca no solo por su información sino por su claro foco en el tema. Estoy acostumbrado a leer, como digo, diversos libros que tratan sobre computadoras de aquella época, y la mayoría tiene un enfoque comparativo donde se acaban mencionando los grandes gigantes que todos conocemos -Commodore, Amstrad, Spectrum...-. Aquí la presencia de estas computadoras es meramente testimonial, y todo el contenido está centrado alrededor del MSX sin necesitar de meter la pierna en la casa del vecino. Además, su mencionado carácter casi enciclopédico se acentúa con una separación muy obvia entre los dos grandes contenidos de la obra, los cuales me sirven, además, para dividir también la reseña en dos pilares diferenciados.
La primera parte, quitando introducciones y presentaciones -imposible no mencionar la presencia de un prólogo del propio Kazuhiko Nishi-, nos presenta la historia del MSX. Esta historia se nos entrega de una manera muy directa, y destaca por poner el foco no en la máquina en sí, que también, sino en las personas que determinaron su creación. Muchas veces parece más una biografía del mencionado Kazuhiko Nishi, la figura más importante de todo este proceso, que un libro sobre el MSX. Teniendo en cuenta la cantidad de libros y pasajes alrededor de la computadora, yo agradecí un enfoque distinto hacia la persona, más todavía cuando su vida tiene ese toque tan apasionante que te empuja a seguir leyendo. Su dedicación total, su relación directa con Bill Gates y lo que supuso para el MSX o la visión del propio Kazuhiko Nishi tanto a medio plazo como a largo plazo, dan una idea muy clara de hasta qué punto su figura y vivencias fueron capitales para que ahora mismo estemos hablando de esta computadora.
Es en esta parte del libro donde la labor de investigación nos arroja una enorme cantidad de documentos que acompañan a cada uno de los capítulos donde se nos va contando la historia de manera cronológica. Recortes de prensa, revistas, anuncios, fotografías, programas de televisión... Todo acompaña un texto muy fácil de leer donde Jordi Orte trata al lector con inteligencia, sin titubear a la hora de arrojar datos concretos o especificaciones de cada modelo. Tampoco es esto un libro que pretenda meterse en una retahíla de números y nombres en clave, pero haberlos haylos. Encontraremos también tiempo para cuestiones más allá de la propia creación del sistema, incluyendo la evolución en el diseño del logo o una reflexión/investigación sobre el misterio alrededor de sus siglas.
La segunda parte del libro supone una experiencia más relajada, pero no por ello menos laboriosa. Esta vez con ayuda, Jordi Orte se dedica a, nada más y nada menos, ordenar todo el catálogo de juegos del MSX por fecha de lanzamiento, haciendo paradas para hablarnos de todas las compañías, desarrolladores y responsables de que esos juegos estén ahí, cuando en muchas ocasiones ni siquiera estaban acreditados. Creo que hay una labor aquí inmensa, que ha llevado a explorar numerosas revistas y artículos de la época para traernos semejante compilación.
Aprovechamos aquí, ya que viene muy al caso, para destacar uno de los detalles que más me ha gustado del libro: el uso sin temor del japonés. El MSX es un ordenador profundamente unido a Japón, tanto en nacimiento como en desarrollo, y por ello, quedé bastante contento con la idea de poner todos los nombres de compañías, juegos y similares en japonés con sus caracteres correspondientes -hiragana, katakana y kanji-. Si bien por ejemplo en los textos aparecen entre paréntesis tras haber mencionado el título en cuestión, en esta segunda parte donde se muestran los juegos, el título aparece primero en japonés y después muestran su adaptación a occidente, otorgando un punto de homenaje y respeto que considero, primeramente, muy acertado, y segundo, muy inmersivo para el lector. El hecho también de haber bombardeado todo el libro con recortes de prensa y anuncios escritos íntegramente en japonés -resumidos a nuestro idioma en los pies de página- cuando estoy convencido de que muchos podrían haberse encontrado en, al menos, inglés, enfatiza esta sensación de inmersión y a la misma vez respeto por los orígenes del MSX.
Lamentablemente, estoy lejos de ser un experto en este campo, pero diría que estamos ante un libro que es total referencia para los amantes del MSX o de la computación de la época en general. He quedado tremendamente sorprendido con la labor que hay detrás de este libro, y de la generosidad a la hora de compartir y categorizar tanta información de una manera tan amena y acertada. No es que tan solo crea que es un imprescindible para alguien interesado en el MSX, es que creo que cualquier lector dentro del mundo de la tecnología o videojuegos puede encontrar aquí algo para quedarse. Jordi Orte ha escrito el libro con una ilusión que se transmite al lector, pero a la misma vez ha conseguido dejar un libro más descriptivo y académico que pasional. Gracias también a una edición tremendamente acertada de Dolmen Editorial -desde la maquetación en sí, a pesar de tener algunos fallos, hasta el propio material de las páginas-, creo que estamos en una de esas veces donde todo rema a favor, y donde me extrañaría que alguien, lectores o responsables, queden en algún momento descontentos con el resultado.
Ejemplar de prensa entregado por Dolmen Editorial.
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