SLIDER

7 sept 2024

UNTIL THEN - EL BUFFET LIBRE DE LAS EMOCIONES - ANÁLISIS

 

Tan cerca y tan lejos.


Mark y Cath jugando con la lluvia


Until Then es un juego especial. Es algo que se siente desde el principio y, aunque ya veremos que su recta final es insalvable, también es algo que se siente en el final. Su torpeza, en la que profundizaremos, puede ser atribuida a la poca experiencia que hay detrás de Polychroma Games, y de alguna manera es la razón por la que le perdono un hecho que resulta extremadamente determinante: Es un juego de cerca de treinta horas al que le sobran, como mínimo, unas quince. Me cuesta bastante hablar de Until Then sin caer en spoilers, y es algo que voy a intentar por todos los medios, pero todo podemos resumirlo en un claro ejemplo de no saber cuándo parar.


Mark y Cath en el centro comercial


Nos ubicamos en 2014, sumidos en una sociedad filipina alternativa azotada por un hecho que la marcó para siempre: la sentencia. Este hecho no fue más que una sucesión de catástrofes naturales que pasaron al mismo tiempo en diversas partes del mundo, afectando a la sociedad hasta tal punto que las víctimas de la sentencia hoy en día viven estigmatizadas y, muchas veces, apartadas del resto de la sociedad. En cualquier caso, este hecho es más contextual que otra cosa. Aunque va cobrando protagonismo conforme avanza la trama, no sentí que el juego fuera sobre ello en ningún momento.


Ojalá pudiera volver a escuchar una canción por primera vez


Encarnamos a Mark, un personaje interesante que, por desgracia, no me cayó especialmente bien. Esta desconexión que sentí con el protagonista ha sido una de las principales zancadillas que sentí al principio de mi partida, cuando todavía me sentía atrapado por todo lo demás, pero acabó convirtiéndose en algo nimio comparado con el resto de problemas que sobrevuelan el juego a partir de, más o menos, su mitad. Mark es, como digo, un personaje interesante, más allá de que me cayera mejor o peor. Vive solo, sus padres trabajan en el extranjero, y últimamente está obsesionado con aprender a tocar el piano para, concretamente, intentar recordar una canción que tocaba su madre cuando vivían juntos. Es, sin  mucho misterio, una forma de intentar conectar con ella, de echarla de menos. Pronto descubriremos que Mark sufre una profunda apatía, dejando todo para última hora y no encontrando mucho sentido ni ilusión por nada de lo que hace.


Mark habla con Louise por móvil en Until Then


Todo cambiará cuando entre en escena Nicole, con quien pronto conectará para siempre, en prácticamente todos los sentidos posibles.


Las mariposas sufren en la lluvia


Lo que empieza siendo un juego costumbrista, que parece apostar por redes sociales en pantalla con un curioso e intrincado sistema de emulación de las mismas y por sistemas de mensajería inmersivos donde vemos cómo Mark va cambiando sus mensajes y editándolos para no ir metiendo de más la pata, acaba convirtiéndose en una historia, para mi gusto, demasiado intensa, que acaba perdiendo toda esa personalidad de las primeras horas. No hablo ni siquiera de esa parte donde digo que todo empieza a precipitarse sin control, hablo desde prácticamente el principio, cuando los que parecían adolescentes con ganas de explorar la vida y los sentimientos se acaban convirtiéndose en personajes de telenovelas pasionales. Como he dicho alguna vez, yo ya no soy un adolescente como para poder saber cómo son los adolescentes ahora mismo, pero tengo bastante claro, que si un adolescente juega Until Then, no se verá tan reflejado como quizá debería. Esto no es una representación de la adolescencia, sino más bien, cómo ven la adolescencia personas más adultas. Falta rebeldía, falta explosión hormonal, falta inseguridad, sobra intensidad en la forma de hablar de todos los personajes. Sobra, de alguna manera, tracendencia.


Baile de fin de curso entre Mark y Nicole en Until Then


Menos es más


Until Then parece que termina unas... ¿diez veces? Perdí la cuenta. Sentí Until Then como algo bastante profundo, por muchos momentos pretenciosos y de lágrima fácil que buscara. Los primeros giros que me comí me parecieron bien llevados, incluso cuando el más importante de todos ellos lo vi venir desde el principio. Este fue mi principal punto de desconexión y casi enfado con el juego, ya que estaba captando perfectamente lo que subyacía en la historia, y solo sentía que Mark era un ignorante que me aportaba frustración por no permitirme hacer nada al respecto. Con todo y con eso, disfruté la trama lo suficiente, hasta que el juego decidió que, en lugar de una experiencia memorable, ibas a tener una carrera de fondo que te iba a tener una treintena de horas secuestrado, dando vueltas por los mismos conceptos. Es como si Polychroma Games hubiera hecho un brainstorming de situaciones y no hubiera puesto filtro ninguno, queriendo incluir todas y cada una de ellas.


Nicole y Mark tocando el piano, frente a frente


Siento que Until Then ha desaprovechado una oportunidad muy buena por no haber sabido parar. Lo he disfrutado, sí, pero de ser un juego que se postulaba para un notable alto se me ha quedado en la casi indiferencia. Mi desconexión fue total, y llegó un punto en el que solo deseaba que todo se terminase. La pérdida de protagonismo de los personajes más interesantes y la fijación por repetir los mismos temas una y otra vez, no acaban traduciéndose en la extrapolación de conceptos que parece buscar desde el principio.


A pesar de todos sus problemas, sentí paralelismos con To the Moon, un juego que marcó, desde su categoría de indie, a una generación de jugadores y que, a día de hoy, sería directamente impensable -como demostrarían por otra parte sus flojas secuelas-. Creo que se viene una nueva etapa para este tipo de juegos, y creo que a Until Then le pueden salir imitadores. Aunque quedé más disgustado que contento por culpa de la docena de horas a las que habría que meterles tijera, creo que Until Then es lo suficientemente disfrutable, especialmente antes de que llegue el ataque de los clones y todo empiece a sentirse como un déjà vu.




No hay comentarios :

Publicar un comentario