Reflexionamos sobre Blasphemous II, el juego de The Game Kitchen que ha contentado a todo el mundo con su secuela. Sin embargo, y a pesar de que estamos ante un mejor juego, creo que se está llegando al punto de desmerecer al Blasphemous original.
Es bastante importante que echéis un vistazo al análisis del primer Blasphemous, ya que la experiencia con ambos títulos ha sido en mi caso siamesa, en el momento en el que tras terminar el original acabé por continuar la saga casi como si del mismo título se tratara. Pude así, sentir el continuismo por el que apuesta Blasphemous II y ese concepto de secuela de manual que tan bien cumple.
Definir Blasphemous II es tarea relativamente sencilla. El estudio español parece haberse puesto una tarde a rejugar el primer Blasphemous, y anotar punto por punto todo lo que restaba puntos. Podemos definir Blasphemous II como una revisión del original al que se le han añadido un montón de mejoras de calidad de vida. Llamaba la atención del primero, por ejemplo, como siendo un metroidvania tan puro no encontrábamos en ningún momento un doble salto. Lo cierto es que me acabó gustando esa decisión porque de alguna manera lucía decir lo de "es un metroidvania sin doble salto" como luce decir de Snake Pass (Sumo Digirtal, 2017) era un plataformas sin salto. Le daba, de alguna manera, un plus de personalidad. Sin embargo, para este Blasphemous II lo que parece que premia es la satisfacción del jugador en términos de movilidad, la cual ya digo que, romanticismos aparte con el género, es bien recibida.
Blasphemous II ha recibido la categoría de juego más accesible, cuando muchos de los que lo dicen realmente quieren decir que es un juego más fácil sin más. El diseño de mapas es mucho más amigable, ofreciendo también viajes rápidos para fomentar su desplazamiento sin pérdidas de tiempo. Los enemigos telegrafían mucho más los movimientos. El propio menú e interfaz se quita de encima lo místico y lo opaco, saltándose esa capa del original que acababa por ser un impedimento. Se sigue relegando al jugador para que ponga sus iconos propios dentro del mapa, pero lo cierto es que Blasphemous II esconde enigmas mucho más obvios que el original, que se pasaba de críptico.
La principal novedad jugable de Blasphemous II es la inclusión de tres armas distintas. Si bien al principio no me atraía la idea, porque suponía una complicación adicional que creo que no está muy bien resuelta en la disposición del propio mando, acabó siendo un elemento diferenciador en el momento en el que estas armas acaban formando parte del propio progreso metroidvaniático -inventándome palabras desde tiempos inmemorables- y del avance por el mapa. Estas armas también dan un punto más estratégico para los jefes finales, los cuales suelen tener alguna mecánica por descubrir, pero que siguen abrazando la repetición y entrenamiento por delante de cualquier otro procedimiento.
Comentaba ya en el análisis del primer Blasphemous que la forma en la que el folclore español se retuerce y se presenta es motivo de verdadero orgullo patrio en ambos juegos. Sin embargo, en esta segunda parte he notado diseños un poco menos transgresores, quizá con más estilo pero a la vez con menos impacto. Si que he notado una mejora sustancial en los fondos, convirtiendo a Blasphemous II en obras de arte contemplativas que ya me gustaría tener en mi salón.
Quiero dejar claro que para mí tanto el primero como el segundo son buenos juegos, aunque quedan lejos de ser los mejores metroidvanias. Blasphemous II abraza mucho más el género por delante de una primera parte que miraba más a la influencia de Dark Souls (FromSoftware, 2011). Creo que no va a valer lo mismo para un hipotético Blasphemous III, pero de momento, no podemos dejar de recomendarlos.
Además, os dejo la microreview de menos de un minuto condensando Blasphemous II.
Ah, los Blasphemous. Sigo teniendo pendiente ambos.
ResponderEliminarGracias por el análisis, y por mantener este sitio activo tras tanto tiempo.
Me alegra verte un montón! Espero que estés bien ^^.
EliminarCuadno tengas un hueco dale a los Blasphemous, a poco que te gusten los metroidvania es imposible que no te gusten.
Todo bien afortunadamente ^^.
EliminarJustamente los metrodivanias son de mis géneros favoritos, y lo cierto es que los Blasphemous los tengo en mi punto de mira desde hace tiempo. Casi lo raro es no haberlos jugado ya. Seguramente una vez termine el Hollow Knight (o decida que ya tengo suficiente del HK: actualmente, fuera de completar algunas cosas que se me han ido quedando colgadas y los panteones, se puede decir que lo tengo completado).
Me alegro de que todo vaya bien!
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