Live action de Danganronpa, solo que no.
Tengo que seguir Too Kyo Games de cerca. La compañía nipona fue fundada por nombres tan relevantes como Kazutaka Kodaka o Kotaro Uchikoshi. Son múltiples los juegos de ambos autores que han sido analizados por estos lares, y con mayor o menor fortuna, forman un pilar importante de mis últimos años como jugador. Así, la creación de Too Kyo Games llevada a cabo por parte de ex-desarrolladores de Spike Chunsoft, todavía no nos ha dejado ningún título memorable, al menos de cara a cierto renombre en los círculos de culto.
Death Come True fue el primer juego del estudio, en un registro totalmente diferente, que pasó sin pena ni gloria allá por 2020. Estamos ante una película interactiva escrita por el mismísimo Kazutaka Kodaka, creador de la saga Danganronpa que tanto adoramos por aquí. También cuenta con Masafumi Takada, compositor de la misma saga, y cuya influencia refleja claramente en el título que nos ocupa hoy en cada una de las canciones. Fuera de esto, más allá de algunos guiños en nombres y vestuario, no encontramos nada más.
Estamos ante una película interactiva de imagen real, donde básicamente nos limitamos a tomar decisiones y a escribir uno de esos libros de "elige tu propia aventura". Jugablemente podéis haceros una idea, ya que es, dentro de lo ya de por sí simple del género, una reducción a la máxima expresión del mismo. Las decisiones que tomamos siempre se reducen a dos opciones, y una de ellas siempre lleva a la muerte y por tanto tener que repetir la decisión para tomar la correcta. No hay, verdaderamente, un árbol de decisiones clásico de las visual novel que te lleve por distintos caminos, y todo se reduce a tener cierta intuición. Eso sí, el juego invita a encontrar todas las muertes con un sistema de logros que, además, van desbloqueando distintas escenas del making off.
Lidiada con la parte jugable, solo nos queda hablar de sus valores de producción cinematográfica y de su parte narrativa. De lo primero, podemos decir que estamos en un estándar bastante simple, que no da como para sala de cine y que lo sitúa un poco en thriller telefílmico de media tarde, donde destacan negativamente unos efectos de sonido bastante pobres extraídos de bancos de sonido. En lo segundo, lo narrativo, no tenemos al Kazutaka Kodaka más en forma, ya que ha demostrado varias veces lo que es capaz de hacer. Sin embargo, el peor Kazutaka Kodaka sigue siendo mejor que la mayoría, y da el suficiente interés a su historia como para mantenerte enganchado el par de horas que dura el juego. Muchos elementos clásicos del escritor se sienten aquí, pero, quizá también minimizado por la calidad cinematográfica básica, están en una versión algo más descafeinada.
Death Come True es recomendable a su manera, como experiencia puntual y fácil de olvidar. Un cierto encanto que lo sitúa como una experiencia entretenida, pero lejos de memorable. Desde luego, muy por debajo de lo que Too Kyo Games es capaz de hacer con esos nombres alrededor.
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