Análisis de Peace Duke, un runner que vio la luz en 2018.
Nos enfrentamos a un anecdótico juego lanzado por SharkGame (Fighter of Evil, Debtor) que no te llevará más de dos ratos: el primero para asimilar el terrible diseño de juego que se esconde detrás de él, y el segundo para ya haber memorizado todos sus problemas e intentar combatirlos.
Los runner son juegos que siempre deben estar enfocados a los reflejos y no a la memoria. Lo hemos visto en numerosas ocasiones y, de alguna forma, siento que hacer un runner debe ser relativamente fácil, ya que más que diseñar un nivel lo que tenemos que diseñar son unas composiciones de QTE, por decirlo pronto y mal, y sincronizar estas con los peligros en pantalla. No es de extrañar que la saga Bit.Trip (Gaijin Games) apoyara toda este diseño "metronómico" sobre una base musical. Hay, por supuesto, grandes excepciones en esta base jugable, pero de alguna manera parece que este pilar, el de la precisión a la hora de presionar un botón en relación al diseño del nivel, es el auténtico rey indiscutible para valorar lo jugable y, por tanto el propio videojuego.
Es en este gran pilar donde Peace Duke tropieza desde el principio, con una configuración de enemigos sin sentido a las que se nos pretende combatir con armas ineficaces, dentro de unos botones que directamente no responden como deberían. Así, lo que parece de primeras un híbrido entre runner y run 'n gun, se acaba disipando en un mero runner de cambio de carriles, donde realmente no se producen saltos.
Cuatro niveles nos llevan a una duración de menos de una hora, con falsas mejoras desbloqueables que tan solo sirven para, tras acumular un gran número de monedas, aumentar tu vida, lo cual es de agradecer sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de situaciones inesquivables que tenemos por delante. Hay que agradecerle a SharkGame que nos deje empezar desde el nivel que queramos una vez hemos desbloqueado cada mapa, porque si no, Peace Duke sería un juego imposible.
Como veis, un juego anecdótico de escasa duración que se quedaría en un suspenso normal lejos de la nota dramática que figura a continuación, y que tiene como justificación una de las variables que rara vez tenemos en cuenta a la hora de escribir un análisis, dada la ambigüedad del concepto. Estamos hablando del precio. Peace Duke cuesta 20,99€, y no hay escenario posible en el que un juego así lo justifique.
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