THE TOURYST - TODO LO BUENO DEL VERANO

El cliente siempre tiene la razón.

Hemos publicado ya alguna que otra vez recomendaciones de juegos para verano. La más reciente, hace unas pocas semanas. Pues bien, spoiler: The Touryst caerá sí o sí en futuras recomendaciones para el caluroso periodo vacacional -quien lo tenga-. Shin'en Multimedia, la desarrolladora afincada en Munich, nos trae un sorprendente juego inclasificable, que mezcla plataformas con minijuegos casuales en un estilo artístico basado en bloques y el arte vóxel mezclado con técnicas de filtrado visual que hacen que luzca mucho más espectacular de lo que se le puede presuponer. The Touryst utiliza un motor propio y de alguna manera se nota, ofreciendo algo diferente tanto visual como jugablemente.

No considero que derrape demasiado si digo que The Touryst parece un remake, muy libre, de California Games, el mítico juego lanzado en 1987 y que vio la luz en diferentes dispositivos. Aquel juego de Epyx era una recopilación de minijuegos veraniegos entre los que se incluían pruebas de patinaje, surf o lanzamiento de disco entre otras. The Touryst parece abrazar ese concepto, y le rinde un homenaje directo incluyendo un minijuego de surf, pero lo presenta en un hub que en lugar de ser un menú de selección acaba siendo el propio juego en sí mismo. Un entorno con varias pequeñas islas, casi como si fueran dioramas voxelados, que exploraremos a golpe de saltos como si de un juego de plataformas 3D se tratara, y donde descubriremos una considerable cantidad de minijuegos/actividades que realizar a lo largo de unas 7-8 horas para conseguir el 100%, una cifra completista que incluirá todas las misiones, o mejor dicho, encargos, que los habitantes de las islas nos irán pidiendo. Estas misiones secundarias son bastante placenteras, y aunque sí que hay demasiado viaje entre islas para completarlas no acaban haciéndose muy pesadas.

Pero no estamos ante un juego compuesto de minijuegos y recaditos únicamente. De hecho, sorprende encontrar una trama tan interesante en un juego que apuesta más por dar un paseo y recoger monedas para gastar en los recreativos que por profundizar en una historia rebuscada. Las islas entre las que nos movemos esconden misterios milenarios que nosotros, un mero turista de chancla arenosa y gafas desgastadas por la luz solar, acabaremos desvelando con ayuda de los habitantes locales. The Touryst incluye una progresión clásica en un entorno relativamente abierto, con introducción, nudo y desenlace, que se desarrolla principalmente en minimalistas mazmorras con pequeños puzles que nos llevarán a un final abierto que ya pre-vende la posible secuela.

No es tanto el juego en sí como las sensaciones del mismo. The Touryst es ese pequeño caramelo con el que te topas de vez en cuando, y que gracias a un aspecto visual espectacular y a una apuesta por la sencillez se come con gusto. The Touryst es la Fanta de sandía, la TurboCao y el Frigo Pie juntos.