Los astros se han alineado para que Egipto se me ponga de moda.
Estaba yo en mi locura sin ordenador cuando el cuerpo me empezó a pedir ludopatía. Me metí a mi sanguinaria e interminable lista de backlog para vaciarla con algún juego puntual que pudiera jugar durante poco tiempo en un portátil que tiene problemas para mover hasta el Chrome, por lo que me decidí a pulsar el botón de random para que la suerte caprichosa me arrojara este Egyptian Senet.
Y es que no hace mucho que terminé Assassin's Creed Origins, incluyendo el baño de cultura e historia que suponía su modo descubrimiento, por lo que la cosa no podía ser más oportuna. Egyptian Senet es un juego de 2015, lanzado por Ezzat Studios y que retoma un clásico juego que al parecer se jugaba durante el Egipto predinástico. Un juego simple, de tablero, que recuerda al Backgamon y donde suerte y estrategia van de la mano.
Senet de Amenhotep III |
Dicho así parece que da un poco de pereza meterse a entender las reglas de un juego tan específico, pero nada más lejos de la realidad. En la segunda partida ya dominaba las reglas del juego y no tarde nada en desarrollar estrategias propias con sentido. Claro, todo es más fácil con una IA un poco deficiente que, dividida en tres niveles de dificultad, no supone ningún reto demasiado elevado.
Como una mera curiosidad está bien, y si el objetivo es dar a conocer este Senet podemos decir que lo consigue. Ahora bien, carencias como videojuego por todos sitios. La interfaz es muy mejorable, el diseño en general es bastante horripilante y la nula presencia de modos de juego convierten a Egyptian Senet en un juego casi de usar y tirar. Sí que se agradece el modo de dos jugadores como complemento, pero fuera de eso, más allá de tres niveles de dificultad (de los cuales dos son el mismo pero uno de ellos no contiene guía) no hay absolutamente nada.
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