Si a veces sentís que el mundo es un lugar demasiado bohemio para vosotros, donde todo el mundo se quiere hacer el interesante y donde si no tienes sentimientos al ver Amélie (mi L.A. Noire particular del cine) eres una persona innecesaria en el planeta, es muy probable que Dear Esther te pareciera una fantasmada del montón. Incluso si encontraste cosas buenas en Dear Esther como es mi caso, podrás sentirte identificado con este "juego" de Ursa y por fin no sentirte solo en este mundo. Si os metéis a la página oficial desde donde podéis descargar el juego gratuitamente encontraréis una descripción que da indicios de por donde van los tiros.
Recuerda a los atardeceres de Velvet Assassin |
El absorbente mundo de Dear Esteban fue creado con un simple propósito. Crear un vacío existencial en la percepción de la propia realidad del jugador. Queríamos ofrecer una historia tan rica para la condición humana que años después de la primera partida el jugador mirará atrás y pensará: "¿Cómo pude ser un chico tan ingenuo hasta que Dear Esteban me quitó la venda de los ojos?" Hemos creado una hazaña interactiva tan potente que la sociedad en su conjunto no tendrá otra opción más que aceptar los videojuegos como la forma de arte definitiva de la humanidad y la última etapa antes del horizonte de sucesos de la singularidad humana.
Así que los tales Travis Chen y Nolan Fabricius, responsables del asunto, dejan ver de qué va la cosa. Estamos ante una parodia de un juego tan parodiable como es Dear Esther. Nuestro escaso recorrido de cinco o seis minutos (mucho se han molestado en los gráficos para ese tiempo) es un sin sentido de cosas como ballenas voladoras y motos gigantes que pasean por el horizonte mientras un narrador da pinceladas aleatorias de un amago de historia. Teniendo en cuenta la mucha gracia que me hace la gente que le saca el sentido a todo lo que esté artística y últimamente socialmente reconocido, Dear Esteban es el tipo de humor que me conquista a la primera. Si en cambio te tomas muy en serio eso de meter las manos en las legumbres de los mercados para disfrutar de los pequeños placeres de la vida, igual este análisis y el juego te ponen de mal humor.
Oh, veo ballenas en el cielo, siento pedos en mi interior |
PUNTUACIÓN
6
Me hace gracia la gente que cuando no le gusta algo, en vez de ignorarlo y crear algo que sea de su gusto (que además respondería a las necesidades de gente con sus mismos gustos), disfruta más creando algo que se basa en destruir el trabajo de los demás, ridiculizarlo y reírse de él y de la gente que lo disfruta.
ResponderEliminarPatético el "juego" y patéticos los creadores.
Estoy bastante convencido de que a los creadores de esta parodia les gustó el Dear Esther. A mí por ejemplo me gustó el Dear Esther. Son cosas que de alguna manera se notan. Puedes reírte de algo que te haya gustado perfectamente ^^.
EliminarEso sí, el hecho de invertir todo el tiempo que invirtieran (más de un día seguro) sólo por hacer la coña no creo que les compensara demasiado. Para mí al jugarlo son cinco minutillos, pero para ellos la broma les ha tenido que robar muchísimo más. Vamos, que no pasa de anecdótico.
Dear Esteban es la redacción que hizo Fran cuando se preparaba para sacarse el título de inglés.
ResponderEliminarEl cupo de bromas sobre Belén Esteban lo agotó la Pepa antes vía facebook, pero está bien, está bien.
Eliminarjajajajaja, era un chiste fácil que tú no habías hecho. La Pepa sabía que no me fallaría.
EliminarSigo mirando abajo a ver si está el gorrino ;_;
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