THE CABIN FACTORY Y EL JUEGO PARA STREAMERS - ANÁLISIS

 

!death en el chat.

Voy a aprovechar la experiencia relativamente inusual que tuve a la hora de jugar a The Cabin Factory para plantaros otro de esos pseudoanálisis mezclados con artículos de reflexión que tanto suelo hacer últimamente. The Cabin Factory, como juego para streamers que es, ejemplifica perfectamente una situación muy contextual que parece anecdótica pero que lleva ya acompañándonos los suficientes años.

The Cabin Factory salía a finales de 2024 como un auténtico hijo de su tiempo. Hay un subgénero de juegos de terror que se basa en encontrar anomalías por escenarios prefijados que se repiten en bucle constantemente. No deja de ser una virtualización del "encuentra las X diferencias" que podías -y puedes encontrar entre los pasatiempos y revistas de medio mundo y que, por alguna razón, ha incorporado siempre una capa creepy para mezclarlo con escenas inquietantes o directamente jumpscares. Seguro que podemos rastrear el germen de este subgénero a algo mucho más atrás, pero fue The Exit 8 el primero que dio el salto y coqueteó con los límites de la viralización. The Cabin Factory es otro ejemplo de esto, con menos repercusión pero fácilmente ubicable entre lo más destacable del género.

Me desperté un día y tenía un email donde International Cat Studios me ofrecía una clave del juego. "¿Un inspector de cabañas encantadas que dura una hora? Póngame dos", pensé. El hecho de que últimamente todos mis directos en Twitch iban encaminados a cubrir cualquier evento de videojuegos anunciado, también me empujó a tener cierta necesidad de, simplemente, ponerme a jugar, y teniendo en cuenta la spooky season y la duración, que me permitía terminármelo de una sentada, vi claro que era el juego ideal.

Lo que no esperaba es que The Cabin Factory fuera tan ideal para dicho contexto, hasta el punto de que, si no hubiera jugado en directo, ahora tendríais un análisis más rebajado en puntuación e impresiones. Estoy acostumbrado a mencionar títulos que he jugado en directo y que me he, literalmente, cargado. No todos los juegos son para streaming, ni deben serlo. Esto me recuerda a la cantidad de juegos que salen como ports para móviles y los pocos que se diseñan para ser jugados en móviles. The Cabin Factory entiende a su público y lo que quiere conseguir, y es especialmente consciente de que, incluso asegurando momentos bastante inquietantes y bien conseguidos dentro de un terror más fino de lo que esperaba, esto no deja de ser una fiesta entre el streamer y sus espectadores, donde todos, incluidos los personajes del propio juego, acaban bailando al final.

El chat también juega

Por si no había suficientes pruebas de lo consciente que International Cat Studios es con su juego, The Cabin Factory tiene integración directa con Twitch. Llevamos ya varios años viendo algunos juegos que permiten la participación de los espectadores dentro del propio juego, y The Cabin Factory elige también ese camino, permitiendo que los usuarios voten en el chat si creen que la casa está encantada o no. Lo hemos asimilado muy rápido, y desde luego no soy un experto en tecnología como para llegar a saber lo que hay detrás de programar algo así, pero a mí me parece una idea futurista ver cómo en mi partida aparece, "físicamente" un tablón donde van apareciendo las puntuaciones de todos los usuarios que han ido jugando, y que se va actualizando conforme participan en el chat sin necesidad de que tengan que iniciar sesión ni vincular nada raro de por medio. Creo que, si me hubieran dicho algo así hace unos años, sería algo que no hubiera ni imaginado.

No te lo pasas bien con el juego, te lo pasas bien con tus amigos. Los juegos cooperativos, especialmente aquellos que requieren de micrófono para alcanzar la excelencia, son engañosos por, muchas veces, ofrecer productos malos donde te lo pasas realmente bien. AAA, indie o cualquier estrato que queráis marcar, está repleto de estos títulos donde es difícil marcar la línea entre la diversión o no. The Cabin Factory es un poco ese sentimiento, trasladado a una sala de chat. Puedes jugar a estos juegos en soledad, y creo honestamente que The Cabin Factory sería un juego aprobable por sí mismo, pero hay que evaluarlo inequívocamente unido al valor adicional que le aporta la partida en directo con espectadores. El baile de los personajes al final del juego hubiera acarreado comentarios muy negativos por mi parte, tras haber llegado a él con cierta tensión propiciada por, repito, una muy aceptable ambientación terrorífica, mientras que el haberlo visto en directo junto a los espectadores,  lo convirtió en algo idóneo para ese clima cómico que propiciaba semejante excentricidad. Mientras lo veíamos todavía celebrábamos, entre globos y festividades varias, quién había quedado primero en el chat a un escaso punto del segundo.

Creo que en otro momento de mi vida, ni mejor ni peor, no hubiera sido capaz de valorar The Cabin Factory por lo que es: una experiencia comunitaria alrededor de un juego de terror, que no necesita de jumpscares ni de tomarse en serio para ofrecer algo que, si bien no memorable, tiene claro su lugar en un mundo donde los videojuegos están abiertos a ideas más allá del propio diseño de juego.

Jugado en PC (Steam), con una clave de prensa proporcionada por Future Friends Games.