Esperaba tanto Rematch... y bueno, no es que se me hayan quitado las ganas, pero el jaleo que he tenido estos días con todo el tema del cross-play es para verlo, hasta el punto de que ahora mismo tengo tres cuentas distintas donde juego a Rematch, en función de los amigos que tengo.
Mi primer contacto con Rematch fueron sus alphas y betas cerradas y posteriormente abiertas. Muy feliz con el juego, muchas ganas de jugar desde el primer minuto. Por un lado, un amigo con el que llevo jugando toda la vida a Rocket League estaba tan metido como yo, así que la felicidad nos esperaba. Por otro, otro amigo buscaba también gente con quien jugar e iba a jugar con él y otro amigo más. Lo lógico es que, en algún momento, todos los caminos se cruzaran y todos jugáramos de la manita en un equipo de gente que juega bonito. Pura utopía, porque a nada de su lanzamiento, Sloclap anunciaba que el cross-play no llegaba de lanzamiento, y con ello, caí en gran depresión.
Todo mi castillo de naipes se caía ante mí. Mi plan estaba claro: jugar desde Game Pass y, gracias al crossplay, jugar con un amigo que estaba en Steam y con los otros dos que estaban en PS5. Vamos, una distribución de juego que ni Luka Modric. De tener un equipo medio cerrado, me vi sin absolutamente nadie en cuanto anunciaron la noticia. Si quería jugar con un amigo, me tocaba comprar el juego en Steam teniéndolo disponible en Game Pass. Si quería jugar con los otros, no me quedaba otra que comprar el juego también en PS5 y, además, contratar el PlayStation Plus porque, sí, todavía en 2025, las consolas piden pagar por jugar online. Si a todo esto, además, le sumamos que no hay ninguna noticia orientativa sobre cuánto puede tardar el cross-play, estaba completamente a ciegas sin saber qué hacer y ni siquiera saber hasta cuánto tiempo.
Sloclap parece que escuchó mi llanto y, antes de ver que me tiraba por el balcón, puso cierto -bastante- remedio a mi situación. Un email me alertaba de que podía solicitar copia de prensa para el futuro análisis que veréis en algún momento. No solo eso, sino que he tenido la suerte de contar con una clave para Steam y otra para PS5. Dentro de lo malo, estaba muy contento, pero claro, sí que he tenido que acabar pagando para poder tener PlayStation Plus y así jugar en consola online. Mi apuesta ha sido la de suscribirme tres meses, porque se me haría raro que tardaran un año -la otra opción de suscripción- en meter el crossplay y, en cuanto eso suceda, conseguiré mi sueño utópico de juntar a todos mis amigos para echar pachangas de alto nivel que, con lo que he visto de cada uno de ellos, no me cabe duda de que será así.
Al final, todo este drama se ha traducido en algo más: tengo ahora mismo tres cuentas de Rematch, tres jugadores distintos. Ya no sé quién soy, ni cuál es mi equipación. La primera, que será la abandonada, el Rematch de Game Pass, y las otras dos, un jugador en PC-Steam y otro en PS5. Para colmo, he tenido que hacer el paripé de jugar un montón de amistosos en cada cuenta para desbloquear el partido ya de clasificación. Ahora, mi duda será qué pasará cuando pongan cross-play y por tanto intuyo que cross-save, si me permitirá unificar la partida de alguna manera o si voy a arrastrar todo esto que tantas horas vacías me ha acabado forzando a echar.
Pronto os cuento qué tal el Rematch. Bueno, os lo puedo contar ya: increíble con amigos, desesperante a ratos con desconocidos. Igualmente, lo tiene fácil para ser mi nuevo juego fetiche para mucho tiempo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario