LocoRoco

Preparad vuestros intestinos y anos.

LocoRoco es un juego muy bonito, con unos colores muy pastelosos, una música muy agradable y un despertar del amor como pocos juegos de PSP podéis encontrar. Pero no os dejéis engañar por esta bonita fachada, porque esto va realmente de lo que va.

También se puede ser cute cagando

No nos engañemos. Un juego donde unas bolitas que van creciendo, se unen, se separan y cambian de morfología -ovaladas, apepinadas y demás- durante su trayecto y que van descendiendo por diversos canales hasta llegar a la meta. Ejem.

Nuestra labor será únicamente manejar la pantalla. Tal cual. LocoRoco utiliza únicamente los botones L y R para inclinar la pantalla a la izquierda o a la derecha, lo cual precipitará las mierdecetas bolitas por pendientes y obstáculos a sortear. Únicamente tendremos la posibilidad de maniobrar con nuestro personaje con la habilidad de saltar activada pulsando L+R, lo cual añade a la fórmula de LocoRoco ingredientes de plataformas, aunque es un juego bastante inclasificable.

Mi mente enferma sigue pensando que esto va de cagar, y el atasco intestinal que se nos presenta en LocoRoco es importante. Será una defecación larga pero placentera, de estas en las que puedes disfrutar de tu consola portátil sentado en el trono sin que nadie te moleste. Quiero mandar un saludo a mi amigo Gadwind que me dejó la consola. No es lo que parece. Puedo explicarlo.

Ya veis: con el botón L inclinamos a la izquierda y con el botón R a la derecha para que todo se deslice a través de los niveles. ¿Alguna vez habéis tenido problemas para que vuestros depósitos avancen y salgan y habéis ladeado vuestro sutil y -no me cabe duda- atractivo pompis? Pues esto es básicamente lo mismo. Eso sí, todavía no se me ha dado el caso en el que mis excreciones se hayan puesto en formación para dedicarme un bonito canto a capella, pero dadme un par de noches más en el buffet libre del chino y ya hablaremos.

La mierda cantante y danzante de este mundo

LocoRoco es adorable. Que este análisis con una profunda capa marrón no os ciegue. Es como ir a la feria, montar en las atracciones más divertidas del mundo que te catapultarán un trillón de veces y te dejarán caer en las colchonetas más blandas que puedas imaginar y terminar comiéndote el algodón de azúcar más grande de todo el recinto. Además de la lluvia de colores planos y adorables que vemos en pantalla, de la música que nos acompaña enfermizamente y de la sensación de estar jugando a un juego para todas las edades, me encantaría destacar el trato de las físicas y las maravillosas texturas con las que nos encontraremos durante nuestra aventura. Esas paredes gelatinosas que abrazan suavemente tus caídas y esos niveles fabulosos donde todo se desliza como una pista de hielo con múltiples loops -muy Sonic- y plataformas ingeniosas raspan unos puntos adicionales a un ya de por sí buen juego.

Como el pachinko con sobredosis de caramelo

¿Dónde falla? Bueno, tiene sus cositas. Para resumir y no aburriros demasiado, es un juego demasiado facilón y lineal si lo que buscas es únicamente pasártelo. Hay niveles en los que directamente sentimos que estamos viendo un vídeo en vez de jugándolo. Sin embargo, si ansías el 100 % -el juego incluye muchos extras y minijuegos- LocoRoco es un coñazo importante, con cosas un tanto rebuscadas -predominan las paredes invisibles para los secretos- y un control que no es el más ideal para ponerse con esas etapas de precisión.

Desarrollado en 2006 por Japan Studios (Patapon, Gravity Rush), puede que no sea una razón contundente para comprarse una PSP, pero sí que es un juego que, de tenerla, debéis probar. Dónde lo hagáis ya es otra cosa, pero ya sabéis lo que os recomiendo para que la inmersión sea total.