Deus Ex: The Fall

El port para PC del juego desarrollado para iOS no es tan sumamente malo como lo pintan. Bueno, sí que es malo, no vaya alguien y se lo compre a ciegas por mi culpa y luego me queme la casa. Desde la objetividad es un juego bastante mediocre, pero me lo pasé bien jugándolo a pesar de su ridícula duración. Vamos por partes que me estoy metiendo ya en muchos berenjenales.

Deus Ex: The Fall es un juego desarrollado por Eidos Montreal (Tomb Raider, Deus Ex: Human Revolution, Thief) para iOS en 2013 y que acabó viendo la luz en Android y posteriormente PC durante el año 2014. Es el primer episodio de un juego dividido en partes, cuyas ventas y críticas fueron tan malas que todo apunta a que la conclusión de la historia vamos a tener que imaginárnosla en nuestra mente. A todo esto añadidle un sistema de micropagos para la primera versión en iOS que pretendía sangrar todavía más nuestra economía. En este caldo de cultivo era muy difícil empezar con buen pie.

¿Alguien quiere un pinchito de sepia?

¿Y qué le pasa a la versión de PC que es la que hoy nos ocupa? Pues que quizá para un dispositivo móvil o tablet Deus Ex: The Fall tenga una duración adecuada. Quiero decir, todavía no estoy seguro de que mucha gente se quisiera poner con un juego gigantesco en todos los sentidos mientras está haciendo de vientre. No se plantea todavía un Skyrim o, ya que estamos, un Deus Ex: Human Revolution en ese tipo de dispositivos. No ya porque la tecnología no dé para esa bestialidad, sino porque no creo que todavía esté asentada la mentalidad del jugador.

Jean Reno Ben Saxon

Al nacer el port para PC, hablamos ya de cosas distintas, y más todavía cuando el jugador probablemente ya se ha zampado el notable Deus Ex: Human Revolution, y es que este Deus Ex: The Fall es como un 5 % de aquél, en todos los sentidos. Mucho más pequeño, mucho más simplificado, mucho más fácil y mucho más soso. Para comparar ambos Deus Ex sólo tenéis que comparar sus protagonistas, que actúan como fiel reflejo del juego, y ya os digo que el de The Fall no va a sentar un antes y un después en cuanto a carisma se refiere.

Deus Ex: The Fall se desarrolla en Panamá tras un nivel introductorio de carácter lineal. A partir de ahí encontraremos un mundo abierto con unas cuatro o cinco zonas que explorar, con la misma estética y configuración que cualquiera de las zonas que viéramos en Deus Ex: Human Revolution. Seguiremos haciendo básicamente todo lo que hacíamos en Human Revolution, como hackear dispositivos, encontrar accesos secretos, distintas líneas de diálogo que resultan en diferentes consecuencias u obtención de puntos de experiencia por diferentes vías que se traducen en paquetes praxis para mejorar un decente árbol de habilidades. Será malo desde la objetividad, pero si tiene tantas cosas de un juego que te ha encantado no puede ser tan rematadamente malo.

Sigue siendo satisfactorio mirar hacía arriba

De todas formas parece que la mayoría de las quejas del juego van, además de por su duración, por el tema de la jugabilidad, y es que la primera versión antes de la última actualización incluía un buen puñado de bugs que hacían la cosa bastante injugable. Esto, sumado a unos controles por defecto bastante poco intuitivos y mal adaptados a un teclado+ratón y sin posibilidad de configurar, hizo que Deus Ex: The Fall no fuera la experiencia definitiva en cuanto a jugabilidad. Tras la actualización, además de poder reconfigurar el mapeado de teclas, se han solventado varios problemas, a pesar de que todavía te puedes encontrar con bugs como yo mismo sufrí.

El que se pela se estrena

No es un mal juego, no del todo al menos. Quizá le hubiera venido mejor un mundo menos abierto y una duración más variada. Con esto quiero decir que quizá el mismo tiempo invertido en distintos escenarios en vez de ir por las mismas calles todo el tiempo de misión en misión hubiera sido mejor. Hubiera quedado más lineal, pero creo que hubiera ido en beneficio del juego. De todas formas estamos ante uno de esos casos de juego que me gusta pero que desde la objetividad es muy mediocre, así que no me hagáis mucho caso.