Tales of Eternia

Tercer juego de la saga Tales of y segundo que vio la luz en Playstation. También conocido como Tales of Destiny II en Norte América.

Ya sabéis que estoy metido en una cruzada por jugar a todos los Tales of. Podéis consultar aquí mismo todos los análisis de los Tales of que he jugado hasta la actualidad:

Análisis de Tales of Phantasia

Análisis de Tales of Destiny

Análisis de Tales of Eternia

Análisis de Tales of Symphonia

Análisis de Tales of Legendia

Lo del nombre tiene guasa, porque no es lo mismo el Tales of Destiny II que el Tales of Destiny 2. Y es que, con el objetivo de aprovechar el éxito del Tales of Destiny inicial, Namco decidió que era una buena idea nombrar este Tales of Eternia como Tales of Destiny II y comercializarlo como tal en Norte América (aunque el juego no tiene nada que ver con el primer Tales of Destiny), a pesar de que poco tiempo después saldría el auténtico Tales of Destiny 2 que acabaría por hacer la picha un lío a todo el mundo. En cualquier caso, el juego ha quedado afortunadamente para todos como Tales of Eternia.

Ya visteis un poco que Tales of Phantasia es uno de los que considero mejores juegos de la historia. Teniendo en cuenta lo que me encantó, tardé mucho en seguir con la saga, y quizá por el enorme recuerdo que tenía del Phantasia el Tales of Destiny no me pareció tan bueno. Sí, era un paso más adelante, y objetivamente no hay duda de que es mejor juego, pero claro, no era el pelotazo original. Esta vez, en Tales of Eternia, me limité a jugarlo sin pensar en la saga en sí, y he de decir que he vuelto a sentir verdadera admiración por la saga.

Farah, de los personajes más atractivos de Tales of Eternia

Tales of Eternia, en cuanto a argumento, es mucho más atractivo por su idea que por su ejecución. Estamos ante dos mundos separados por un anillo que no se puede atravesar y que ha hecho que ambas civilizaciones compartan planeta pero no convivencia. Inferia y Celestia viven en dos mundos distintos dentro de un mismo planeta, pero debido a ciertos acontecimientos se produce una crisis conocida como "The Grand Fall" que acabará precipitando ambas civilizaciones hacia el centro, colisionando y destruyendo todo lo conocido. Como se nos muestra en la intro, Meredy, una habitante de Celestia, consigue atravesar el anillo que separa ambos mundos y llega hasta una pequeña localidad de Inferia donde conoce a Reid y Farah, aunque no consigue comunicarse con ellos. Más tarde se les unirá Keele. Los cuatro componen el reparto de personajes principal encargado de resolver los numerosos misterios que se van presentando.

Como veis, todo suena muy atractivo, pero luego a la hora de ejecutarlo falla un poco. Incluso los personajes están bien llevados, como en todos los juegos que he jugado de la saga Tales of, pero el desarrollo es tan simple que no es precisamente la historia lo que más atraiga de Tales of Eternia. Básicamente nuestro objetivo será el ir recolectando los "greater craymels" necesarios para solucionar la crisis planetaria. Así, el juego se va desarrollando bajo la vieja fórmula de ciudad nueva-mazmorra nueva hasta que nos hagamos con todos esos seres superiores, momento en el que evidentemente la dinámica de la narrativa cambia.

Estrés

Aquí podemos ver una nueva particularidad que afecta directamente a la jugabilidad de Tales of Eternia. Los Greater Craymels son criaturas que actúan como invocación en los combates tal y como lo hicieran las invocaciones de pasados Tales of. Volveremos a toparnos con Volt, Maxwell, Undine y todo el reparto de "deidades elementales" que tanto poder desatan. En este caso, para invocarlos debemos aumentar su vitalidad usando hechizos de su condición. Es decir, si queremos invocar a Silph tendremos que usar previamente hechizos de elemento aire para poder disponer de su invocación que nos ayude en batalla.

No acaba la cosa ahí, y es que en función de cómo asignemos los Greater Craymels tendremos unos hechizos u otros por un método conocido como "Fringe". Los hechizos que estarán a nuestra disposición serán distintos si juntamos a nuestra invocación de agua con el de fuego o con el de hielo. Esto, da lugar a un montón de posibilidades (agrupándolos en dos grupos siempre) que se traduce en una variedad importante de conjuros tanto de ataque como de habilidades pasivas.  Este sistema es confuso, por lo que básicamente cuanto menos te compliques con él mejor. Si tienes una configuración de hechizos que te funciona no arriesgues demasiado o puede que pierdas muchos hechizos que considerabas indispensables. Recuerda mucho al funcionamiento de los Djinn de Golden Sun, aunque en todo caso sería éste último quien se inspiró en Tales of Eternia, ya que salió después.

Reid pisándole la cabeza a Farah

En Tales of Eternia los combates son todavía más fluídos, y cuando nos hacemos con el comando de control manual el juego casi se convierte directamente en un beat 'em up. El control es más preciso que en Tales of Destiny y ofrece nuevas opciones como saltar a voluntad propia. Parece una tontería, pero el juego que da es inmenso. Además, seguimos contando con una variedad de técnicas por parte de Reid muy útiles que nos hará encadenar combos de una manera enloquecedora. También contamos con los botones L2 y R2 para asignar nuevas técnicas de Reid o, mucho más útil, establecer accesos rápidos a hechizos de compañeros, los cuales cuentan con una IA bastante acertada pero que a veces nos puede vender en algunas batallas.

Puede que al principio te saturen tantos números en la pantalla de cada vez que alguien ataca. Hay que tener en cuenta que las combinaciones pueden llegar a más de veinte golpes y eso significa encontrarse de golpe con veinte números (y no pequeños) indicando el daño que estás haciendo. Pronto, tu ojo se acostumbra a ver esos números y a reconocer si lo estás haciendo bien o no. De todas formas alguna ayudita visual más para saber si lo estamos haciendo bien no hubiera estado de más. Tales of Eternia tiene un pequeño aire de machacabotones, pero es indispensable conocer las técnicas y saber cuándo usarlas si queremos avanzar con éxito.

Reid es buen personaje, pero no el mejor de la saga

Gráficamente está muy por debajo de la capacidad de Playstation, aunque la mejora es notoria con respecto a Tales of Destiny. En este sentido, eché de menos más variedad de gráficos de un lugar a otro. Como digo, el juego se divide en dos mundos completamente dsitintos conocidos como Inferia y Celestia, pero a la hora de la verdad no hay tantas diferencias en el diseño como cabía esperar. Eché en falta más personalidad en cada uno de los mundos de manera que el contraste fuera mayor.

Sobre todo lo demás, Tales of Eternia es un juego típico de rol japonés en su planteamiento y desarrollo. Contamos con una multitud de misiones secundarias que son especialmente divertidas y merecen la pena. En lugar de hacer las clásicas mazmorras llenas de enemigos temibles aquí nos encontramos con mapas que premian el ingenio por encima de la dificultad. Tales of Eternia en general es un juego mucho más accesible para el jugador, permitiéndole grabar en todo momento y ofreciéndole mazmorras bastante más cortas que las tediosas y laberínticas zonas de Tales of Destiny. Esto no quiere decir que sea más fácil, si no que es menos coñazo.

Inferia es mil veces más bonito que Celestia

Además del "pero" que supone su apartado técnico (en el cual se incluye un doblaje horriblemente malo, al menos en la versión norte americana que he jugado), también hay alguna que otra cosa negativa en el aspecto jugable. Sin ir más lejos, el mapa del mundo es un horror que te confunde más que ayudarte. Además, hay numerosas zonas escondidas que te otorgarán recompensas si las encuentras, aunque no sean gran cosa, y gracias a Dios, porque encontrarlas es un dolor de cabeza importante ya que están dispersas por todo el mundo de manera aleatoria. No hay un emplazamiento concreto o algún accidente geográfico que te ayude a pensar que ahí puede haber algo, simplemente puedes ir caminando por la estepa de Inferia o por los parajes desolados de Celestia y encontrarte con un objeto o un comando para tu grupo.

También hay que mencionar que Tales of Eternia apuesta por los minijuegos en determinados momentos, los cuales, como no podía ser de otra manera, son un horror jugable considerable. Nos encontraremos con muchos de ellos a lo largo de la historia, y aunque no podemos fracasar como tal podremos sentir la desesperación que sólo los minijuegos son capaces de ofrecer en determinados géneros. Pero no todo es odio y rencor, porque en Tales of Eternia tenemos el adorable WHIS, un juego de cartas que puede quitarte horas de juego fácilmente. No fueron pocas las veces que puse el juego para avanzar la historia para al final dedicarme a jugar al adictivo juego de cartas. Hombre, no llega a mi adorado juego de cartas de Final Fantasy VIII pero como complemento funciona de la leche.

"¡Reid, el mundo se acaba!" no es suficiente razón para dejar de jugar a WHIS

Así que sí, por si tenía alguien alguna duda Tales of Eternia me ha encantado, como era de suponer. Más que Destiny pero todavía menos que Phantasia a pesar de ser evidentemente mejor juego. Sigo echando de menos una evolución más fuerte que incluya también una mejora en el aspecto visual, pero Tales of Eternia es un juego muy redondo sólo perjudicado por pequeños matices. Ah, ni se os ocurra ver el anime, que es una vergüenza.