El último viaje del Príncipe por la pasada generación es un colofón digno de toda la saga. Hablar de la pasada generación es hablar del reinado del Príncipe de Persia como una de las trilogías más características y carismáticas de la época. The Two Thrones es el punto para una saga que ha demostrado ser inmortal.
EL primero de la trilogía, Prince of Persia: Sands of Time,
me gustó notablemente. Todavía con sus errores de cámara tan insufribles y todo
eso volví a revivir uno de los mejores juegos de paltaformas en tresw dimensiones.
Luego, sufrí más que disfruté mi repaso de Warrior Within, el segundo de la
saga que tornaba todo mucho más oscuro y violento. El último, del que hoy voy a
hablaros, es la perfecta mezcla de ambos. ¿Te gustó más el primero que el
segundo? ¿Pasó lo contrario? Estás de enhorabuena en ambos casos, porque Prince
of Persia: The Two Thrones contenta y con creces a ambos amantes del género.
Bien es cierto que no es tanto como he dicho. La tercera y
última entrega es más como el primero que como el segundo. Al menos está
pensado para ser más como el primero que como el segundo, porque que tú luego
lo conviertas en un Warrior Within II es otra cosa. La magia del juego es
conseguir aunar en un mismo juego los requisitos de amantes de ambos juegos
pasados. La solución, que una vez la vemos es sencilla, no lo es tanto, y hay
que felicitar a Ubisoft en ese aspecto. Básicamente podemos pasarnos el juego luchando
de vez en cuando y aplicando la gran novedad, las muertes silenciosas. De esta
manera minimizaremos combates y, salvo en algunas ocasiones, el juego es casi
todo el rato un juego de plataformas muy divertido. La otra opción, para los
que busquen más gresca, es olvidarse de que existen dichas muertes silenciosas
y ponerse a pelear a dos manos contra
todo ser que aparezca en pantalla, como toda su vida ha hecho un buen Conan.
¿Os suena? |
Como digo, el juego está pensado para pasarlo de la primera
manera. Si elegimos esta forma tendremos que aprender a pasar desapercibidos y
colocarnos en la espalda de nuestros rivales, o incluso ponernos en una
posición privilegiada escalando de plataforma en plataforma para conseguir que
se nos active ese modo depredador. El modo depredador es simple, es una muerte
por la espalda (ay Dios, si Conan viera esto…) con QTE. Tendremos que pulsar el
botón de ataque en el momento justo para evitar tener que luchar directamente
contra ellos.
No es un Splinter Cell |
Si elegimos el otro modo, el enfrentarnos de cara a nuestros
rivales, disfrutaremos de las ventajas y desventajas que ya comenté en Warrior
Within, porque no se han molestado en mejorar absolutamente nada del sistema de
combate (que ya era muy bueno). Es una prueba de que el juego está pensado para
ir en plan sigiloso, tan sólo un par de retoques en el
sistema de combate y nada más. Está claro que el tener que luchar con ciertos
enemigos se percibe más como una clara penalización que como un placer
ocasional.
Repito: No es un Splinter Cell |
Se vuelven a muchas de las cosas del uno que se echaban de
menos en el dos. Ya digo que Ubisoft se puso bastante las pilas en cuanto al
feedback recibido. Llama la atención que todo se cuente nuevamente como un
cuento, aunque bastante más serio que en la primera parte. Se echaba mucho de
menos la forma de contar la historia, y esta vez a manos de Kaileena (la cual
es horriblemente fea en comparación con la del Warrior Within) se nos irán
narrando nuestros pasos y aportando luz sobre cuestiones de la historia que
quedan cojas en más de una ocasión. También se recupera la linealidad en el
juego, y gracias a Dios. Es imposible perderse porque nos encontramos en un
avance continuo, nada de regresar sobre nuestros pasos ni cosas de esas. Otra
cosa que se recupera es un personaje muy querido del uno, Farah, la cual traerá
consigo el sentido del humor que se perdió en el segundo y que intoxica
nuevamente al príncipe, dando varias de esas conversaciones divertidas que
tenían en el primer juego (aunque esta vez un poco más forzadas).
¡¡Pues vámonos de Farrah otra vez!! |
Y en cuanto a las novedades de The Two Thrones… casi todas
van orientadas a la parte plataformera. Se han añadido nuevos movimientos y animaciones a un
plantel que ya parecía lleno. Ahora nuestra daga (que no es la del tiempo)
servirá de mucho, permitiéndonos clavarla en ciertos soportes de las paredes
para engancharnos o activar interruptores. Parece una tontería, pero todo ello da una agilidad nueva y sorprendente
a todo el juego. Llevo tres Prince of Persia seguidos, todos ellos rejugados y
no me he cansado ni una vez de correr por las paredes.
Y estas cosas que te hacen saltar en diagonal |
También hay otras novedades más cantosas, como las carreras
de carros, que son bien recibidas a pesar de su simpleza, o las luchas contra
jefes de fin de fase (por llamarlo de alguna manera). Estas batallas suelen
combinar con maestría plataformas y combate, requiriendo en muchas ocasiones que
tengamos que escalar hasta llegar a un punto débil y poder realizar nuestro
ataque (que culminaremos también a base de QTE). La batalla final es una buena
prueba de ello, y el resto de jefes que nos encontramos de camino nos
pondrán en apuros en más de una ocasión, casi siempre por la parte de combate más que por la plataformera (que ya llevamos tres príncipes, ya sabemos dar saltos majetes).
En The Two Thrones tenemos como compañero a nada más ni nada
menos que el otro príncipe. El otro yo de nuestro personaje corrompido por las
arenas y sediento de sangre y destrucción. De vez en cuando (más de las veces
que querríamos) nos convertiremos en esta extraña criatura que tiene como arma
principal las cadenas. Con ellas realizamos nuevos movimientos, tanto de
combate como para las partes plataformeras, y en general somos más poderosos,
pero nos vemos obligados a correr en busca de agua mientras nuestra vida va
mermando poco a poco.
Ya he dicho en más de una ocasión que no soy muy amante de
ir contra el tiempo en ningún juego. Me gusta ir tranquilo y viéndolo todo sin
ir a lo loco de un punto A a un punto B. No está mal tampoco, pero por ejemplo
prefiero al Dahaka que aparecía en el Warrior Within a las carreras en busca de
agua de The Two Thrones. De todas formas este otro yo del príncipe da momentos
buenos, sobre todo en las conversaciones que mantiene consigo mismo peleándose
con él sobre lo que está bien y lo que está mal.
Niggah Prince |
Vamos ya con la parte mala del juego. Sí, el juego reúne lo
mejor del primero y del segundo… pero simplemente lo reúne, no hace nada con
él, no lo mezcla. Está disponible para quien quiera, pero nada más. No
realiza nada innovador ni arriesga en
absoluto. Junta lo mejor de ambos juegos pero no sale de él un juego nuevo, tan
sólo la suma de ambas partes.
También hay otras cosas malas a nivel más técnico. Bueno,
malas no, porque no hay realmente nada malo en el juego, pero sí cosas
mejorables. Las panorámicas por ejemplo, marca de la casa en los dos anteriores
juegos y que realmente ayudaban al jugador (por las carencias de las cámaras)
aquí no están presentes. Tan sólo se nos permite usar la cámara panorámica en
determinadas ocasiones, mientras que en los otros juegos había una cámara
preparada en cada parte. Además, los gráficos están algo mejorados pero no
suponen el avance que se dio desde Sands of Time a Warrior Within. Bueno, no es
que fuera un avance grandioso como tal en aquel entonces, pero sí que se rediseñó todo para que
fueran gráficos totalmente distintos a pesar de usar el mismo motor. Aquí no,
aquí sí que se reciclan cosas sin ningún tipo de pudor y no vemos gran variedad
con respecto a los anteriores juegos. Algunos buenos efectos de luz (aunque se
pasan con la iluminación) pero nada reseñable. La música torna hacia el género
tetería nuevamente.
La historia no está mal, creo que la liaron demasiado en
Warrior Within, tanto que al empezar, si terminaste con el final equivocado (la
mayoría lo hizo) te dicen que no fue real y te cuentan el verdadero final
(hombre, es que no estaba de moda eso del Mass Effect de importar partida).
Como digo lo mejor no es lo que cuentan, si no cómo lo cuentan. Pasó en el
primero y vuelve a pasar en el segundo. El final es bastante convincente y
también bonito (y es una antesala de Assassin's Creed, al menos visualmente), dejando nuevamente claro que el segundo fue un episodio
demasiado oscuro y que realmente la base fue el primero. La galería de imágenes
desbloqueables es otro aliciente del juego, ya que tiene arte de los tres
juegos de la saga y siempre es una curiosidad digna de ver.
Es un buen juego donde la dualidad reina por doquier. Dos
personajes femeninos que han marcado la vida del príncipe, dos príncipes
luchando por un trono o dos modos distintos de jugar a un mismo juego. Una
dualidad que hace más bien que mal pero que podría haberse explotado todavía
más.
The Two Thrones es un buen cierre para la trilogía. Terminar un análisis de la trilogía de las arenas del tiempo y no mencionar el
Assassin’s Creed es poco más que un sacrilegio, porque efectivamente Ubisoft se
centró posteriormente en la niña de sus ojos. Un Assassin’s Creed que en
principio iba a ser Prince of Persia: Assassins, y que Ubisoft se ha dedicado
en los últimos meses a filtrar como tal, no sabemos con qué intereses. Todo
huele a un nuevo Prince of Persia. Desde luego el paso de los años no ha matado
al príncipe ni mucho menos desde que apareciera, y una hermandad de asesinos no
va a conseguirlo tampoco. Quizá algún día se le devuelva al príncipe su flamante reinado.
Prince of Persia: Assassins |
Así que, de un vistazo general, el primero puede que sea el mejor. El segundo es para echarle de comer aparte, parece un capítulo fuera hasta de la historia (ojo, que no es mal juego, que a mí la primera vez meencantó y ahora simplemente me gusta). El tercero bien puede ser mejor que el primero, pero el primero llegó antes y por tanto es el que se lleva todos los premios de originalidad, concepto y demás. En cualquier caso, como trilogía, es de lo mejor que se ha hecho en la pasada generación.
PUNTUACIÓN
7
Jhi, ejho ejh ajhi.
ResponderEliminarMe ha dejado con buen sabor de boca el texto, a ver si un día me pega una venada y le doy una rejugada a la trilogía.
ResponderEliminarPues ya sabes! Aunque la cámara del primero igual te desquicia como me pasaba a mí.
EliminarNo sé si lo has jugado, pero el de "las arenas olvidadas" es uno de los grandes tapados que he jugado. No tiene nada que ver con la trilogía pero ahí queda xD