KULA WORLD

"No es por ti, es por mí"

En condiciones normales, no tendríais un análisis de Kula World. Bueno, es que esto no es un análisis de Kula World. Si hubiera jugado el juego de Game Design Sweden por mi propia cuenta, hubiera sido un juego que hubiera probado, hubiera rechazado al momento, y por aquí no hubiera desfilado ningún texto. Sin embargo, estamos ante un juego que fue elegido en las encuestas de ¿A Qué Juego Quieres que Juegue? #17, y que fue elegido por nuestra querida @rokuso3, que suele dar en el clavo con los juegos que propone. Esta vez, ha roto la regla.

Los peligros de AQJQQJ son obvios, y no es una sección matemática donde uno pueda sentar las normas sin zonas grises. El dato es también muy significativo: a lo largo de diecisiete ediciones tan sólo dos juegos han ganado y no han sido completados, y estamos hablando de ediciones que han tenido entre cuatro y cinco ganadores en su mayoría. El porcentaje de abandono es ínfimo, pero tenéis que entender que puede pasar.

Kula World es el mayor ejemplo de la zona gris. Disgaea era un juego estúpidamente largo, y a la vez bastante insufrible. Kula World en cambio es un juego que marcaba algo más de tres horas de duración, pero muy engañosas. Las razones de mi abandono saltan a la luz cuando uno se mete en la naturaleza del juego, una naturaleza que, en 1998 cuando fue estrenado podía no sonar tan hiriente, pero que a día de hoy se torna en un castigo infumable. Se me da bien contextualizar, y por ello entiendo a todos aquellos que, no me cabe duda que apoyados en la nostalgia, consideran a Kula World un buen juego, pero se me hace cuesta arriba pensar en que alguien en la actualidad pueda hacerse fan de Kula World sin echar mano de trucos de emulación y similares.

Como algunos visteis en mi canal de Twitch, empecé a jugar al juego con ciertas ganas. Pronto descubrí que era un juego de puzles y perspectivas donde lo único que podía sacar en claro era un mareo importante, con unos menús que parecían sacados de un DVD de una película porno, y una música pastillero-noventera que destruía cualquier posibilidad de relajarse afrontando los puzles que teníamos delante. Todo esto tenía un pase, sobre todo porque el problema estaba claro que era mío, pero cuando seguí jugando y entendí la estructura del juego, decidí que no tenía sentido alargar un juego que sí o sí iba a abandonar. En Kula World tienes tiempo para completar los niveles, por si acaso no era ya suficientemente estresante el contar con la música machacona de fondo, y no sólo eso, cada vez que veías una pantalla de game over te tocaba volver a jugar varios de los niveles que ya habías completado, ya que los checkpoint se encontraban cada -creo- cinco niveles. Morir implicaba repetir el sufrimiento anterior, volver atrás en unos puzles que ya de por sí costaba resolver por lo difícil del juego. Por todo ello, antes de prolongar la pérdida de tiempo, y tras ver que ya estaba atascado cuando iba por el nivel 20 para comprobar que el juego incluía cerca de 200, di por finalizado cualquier interés en un juego que, queda claro, no es para mí, ni para el 2021.

No podemos sacar ninguna lectura de todo esto para ¿A Qué Juego Quieres que Juegue?, más allá de que penséis siempre en recomendar juegos que no sean especialmente exigentes, y cuidado con determinados juegos antiguos cuya nostalgia se imponga a la realidad. También he seguido una política de ponerme la venda en los ojos ante los juegos que van llegando, pero está claro que voy a tener que ceder al respecto y verme más de un gameplay antes de aceptar un juego o no, porque si hubiera visto Kula World cinco minutos, lo hubiera rechazado.