They Breathe es un contraste de sensaciones al que llego bastante tarde.
Tengo que hacer un ejercicio importante de contextualización para entender por qué They Breathe está bastante bien considerado en según qué círculos. No vamos a llegar a decir que es un juego de culto, aunque podría haberlo sido. Su duración, una escasa media hora, no ayuda a que el juego haya tenido la incidencia que necesitan estos títulos independientes para conseguir una mención en esas eternas listas de joyas ocultas que tanto nos gustan. Tampoco lo hace su jugabilidad básica, que en el fondo se apoya en el mítico Asteroids, con matices y particularidades, presentando un juego que podríamos catalogar como arcade sin más, siempre y cuando nos veamos forzados a ello. Y es que, aunque todo lo que digo suena a algo demasiado conocido, las sensaciones no lo son tanto.
Estoy muy convencido de que si hubiera jugado They Breathe en 2014 me hubiera gustado bastante más que ahora. Un juego que no te dice nada, que te invita a explorarlo y a entender sus mecánicas, o mejor dicho, sus particularidades. Todo parece un tutorial mudo para un juego mayor. Y vale, hoy en día juegos así con ese toque minimalista los hay a patadas, pero por entonces no era tan común, y si uno consigue llegar a ese punto puede ver lo exótico de un juego que no tiene más pretensiones que la de aprobar con nota un proyecto de fin de carrera. Es entonces cuando su ambientación choca directamente con su aspecto visual, cuando su simpática rana protagonista pronto cae en unas profundidades de terror y angustia que hacen que They Breathe parezca como si Giger hubiera jugueteado una tarde con el diseño de un juego flash.
Uno no acaba de salir de este cóctel de sensaciones en ningún momento, nunca acaba de encontrar la comodidad en un juego especialmente tétrico dentro de una estructura casualizada. Es aquí donde la duración le hace el mayor de los daños, ya que para cuando tu mente lo está asimilando, lo único que te queda por ver son los títulos de crédito borrar y un puñado de logros que probablemente no habrás completado.
Por decirlo de alguna manera, el juego se complica demasiado a la hora de su presentación pero a la misma vez es lo que lo desmarca de ser un juego más dentro de un millón. Mi puntuación es baja porque, de alguna manera, lo que presenta ya ha sido revisado y mejorado múltiples veces, pero no es u juego que debáis enterrar en vuestra pila de juegos por jugar si ya lo tenéis.
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