Una misión secundaria con trampa. Ese modificador de movilidad reducida nos iba a traer de cabeza y lo sabíamos. Cuando Daniel "Desastre", Marcella "Espectro", Frankie "Volteretas" y Kristina "Alienígena" salieron de la base, no sabían que todo cambiaría para siempre.
Los bombarderos Locust a nuestras espaldas y todos corriendo a todo lo que daba el turno. Volteretas y Desastre cada vez más atrás. Sus armas pesaban demasiado y ya estaban dentro de la zona de bombardeo. Sus vidas al mínimo, reanimados en múltiples ocasiones. La salida a tiro de piedra y un dron enemigo delante montando guardia justo en la trayectoria. Todos los escenarios habían sido analizados y no había opción: o moría Desastre o moría Volteretas.
El caprichoso azar quiso que el débil fuera la elección por encima del fuerte. El Lancer de Desastre no quitaría suficiente vida como para acabar con un enemigo que tenía la barra entera. Frankie "Volteretas" con su francotirador era la única opción, y no valía con un tiro limpio, tenía que ser crítico. Ninguna de sus habilidades disponibles y un tiro entre coberturas con una posibilidad de impacto de tan sólo un 30%. Si lo fallaba, ambos morirían. Frankie se bajó su sombrero, y nos miró a todos con cara de orgullo. Su disparo fue su legado y Desastre vive gracias a ella.
Si últimamente hablamos de narrativa emergente, de la cual bebe también este tipo de juegos, aquí tenemos que acotar más y lanzar una épica emergente. Sí, Gears Tactics puede ser bastante más light que todo esto, porque todo era tan sencillo como darle a la opción de repetir misión y nuestra querida Frankie "Volteretas" seguiría entre nosotros, pero la verdad, pierde toda su gracia.
No soy experto en juegos de estrategia. Al año pasará por mis manos como mucho un título de este estilo, y la verdad es que me gustan más de lo que los juego. Lo que quiero decir es que este análisis se me hace un poco difícil porque no he jugado a los grandes titanes de este género, y analizar Gears Tactics sin haber jugado a cosas como X-COM hacen que pueda atribuirle a éste méritos que provienen de muchos años atrás. Perdonadme si esto sucede.
Ante todo, Gears Tactics es un juego muy bien hecho, que se siente tan natural en esta nueva fórmula que a veces pareciera como si esto de la estrategia táctica fuera su género base y el resto de juegos de la franquicia fueran adaptaciones al third person shooter. También es un juego que comete los pecados de las primeras entregas de casi cualquier videojuego. Esto es, en resumidas cuentas, una serie de decisiones que convierten a Gears Tactics en un juego que pide a gritos una secuela que se desprenda de tantas misiones secundarias de relleno que tan sólo aumentan artificialmente la duración del título. Unas misiones que, además, comparten objetivos con las principales, quitándole cafeína a lo que importa de verdad y dejando los momentos épicos para las grandes batallas con los bosses -muy bien llevadas-. Es cierto que su sistema de progresión y subidas de nivel y piezas de arma -sin micropagos- pasan por implementar un sistema de secundarias, pero acaban compartiendo escenarios y situaciones en demasiadas ocasiones. Gears Tactics pide un sistema más equilibrado entre todas sus ideas, o por lo menos un sistema que no haga que se pisen entre sí.
Tampoco quedé muy contento con la gestión de inventario y los barracones en general. Demasiadas tropas se van uniendo a tu causa y llega un punto en el que pierdes el control y, por supuesto, acabas usando las mismas unidades. Quitando los protagonistas principales, las unidades son plenamente personalizables y en ese sentido sí que es bastante generoso. La navegación por los menús es un poco arcaica, y los momentos previos a la misión se hacen un poco pesados teniendo que equipar a cada soldado con piezas nuevas de armas y armaduras en inventarios que, como digo, se hacen un poco incómodos.
Pero cuando tus soldados salen de sus transportadores, Gears Tactics brilla mucho. Con una movilidad generosa, un sistema de ejecuciones que fomenta las acciones adicionales llevándote a turnos muy largos donde es sencillo eliminar a una decena de unidades enemigas, y un sistema de guardia que no sé si estaba presente en otros juegos pero que si no es así debería ser obligatorio desde ahora. Este sistema de guardia permite atacar durante el turno del enemigo, proyectando conos de visión que harán que se dispare automáticamente un arma si alguien entra en esa zona. Así, en Gears Tactics te pasarás tu turno disparando y el turno del enemigo también, por lo que los niveles de acción del título no quedan por debajo de las entregas principales de la saga.
Con todo esto, puede sonar a que la estrategia en Gears Tactics ha quedado en segundo plano. Todo lo contrario. El sabio uso de habilidades y coberturas va a ser primordial para nuestra supervivencia, y la dificultad muy bien ajustada pero a la vez inesperadamente difícil en los picos que alcanza en las misiones finales, lo convierten en un juego donde verdaderamente he sentido que dirigía a un escuadrón cuyas vidas dependían directamente de si hacía click unos pasos más allá o no.
Gers Tactics me ha parecido uno de los grandes juegos de lo que va de año, pero si no fuera por esas secundarias que dejan patente la capacidad de mejora del título, Gears Tactics podría llegar incluso más lejos. No sé cómo saldrá en Xbox y si su cambio de control va a perjudicarle demasiado, pero ojalá le vaya lo suficientemente bien como para poder lanzar una secuela que, no dudo con esta base, mejorará esta entrega.
Si últimamente hablamos de narrativa emergente, de la cual bebe también este tipo de juegos, aquí tenemos que acotar más y lanzar una épica emergente. Sí, Gears Tactics puede ser bastante más light que todo esto, porque todo era tan sencillo como darle a la opción de repetir misión y nuestra querida Frankie "Volteretas" seguiría entre nosotros, pero la verdad, pierde toda su gracia.
No soy experto en juegos de estrategia. Al año pasará por mis manos como mucho un título de este estilo, y la verdad es que me gustan más de lo que los juego. Lo que quiero decir es que este análisis se me hace un poco difícil porque no he jugado a los grandes titanes de este género, y analizar Gears Tactics sin haber jugado a cosas como X-COM hacen que pueda atribuirle a éste méritos que provienen de muchos años atrás. Perdonadme si esto sucede.
Ante todo, Gears Tactics es un juego muy bien hecho, que se siente tan natural en esta nueva fórmula que a veces pareciera como si esto de la estrategia táctica fuera su género base y el resto de juegos de la franquicia fueran adaptaciones al third person shooter. También es un juego que comete los pecados de las primeras entregas de casi cualquier videojuego. Esto es, en resumidas cuentas, una serie de decisiones que convierten a Gears Tactics en un juego que pide a gritos una secuela que se desprenda de tantas misiones secundarias de relleno que tan sólo aumentan artificialmente la duración del título. Unas misiones que, además, comparten objetivos con las principales, quitándole cafeína a lo que importa de verdad y dejando los momentos épicos para las grandes batallas con los bosses -muy bien llevadas-. Es cierto que su sistema de progresión y subidas de nivel y piezas de arma -sin micropagos- pasan por implementar un sistema de secundarias, pero acaban compartiendo escenarios y situaciones en demasiadas ocasiones. Gears Tactics pide un sistema más equilibrado entre todas sus ideas, o por lo menos un sistema que no haga que se pisen entre sí.
Tampoco quedé muy contento con la gestión de inventario y los barracones en general. Demasiadas tropas se van uniendo a tu causa y llega un punto en el que pierdes el control y, por supuesto, acabas usando las mismas unidades. Quitando los protagonistas principales, las unidades son plenamente personalizables y en ese sentido sí que es bastante generoso. La navegación por los menús es un poco arcaica, y los momentos previos a la misión se hacen un poco pesados teniendo que equipar a cada soldado con piezas nuevas de armas y armaduras en inventarios que, como digo, se hacen un poco incómodos.
Pero cuando tus soldados salen de sus transportadores, Gears Tactics brilla mucho. Con una movilidad generosa, un sistema de ejecuciones que fomenta las acciones adicionales llevándote a turnos muy largos donde es sencillo eliminar a una decena de unidades enemigas, y un sistema de guardia que no sé si estaba presente en otros juegos pero que si no es así debería ser obligatorio desde ahora. Este sistema de guardia permite atacar durante el turno del enemigo, proyectando conos de visión que harán que se dispare automáticamente un arma si alguien entra en esa zona. Así, en Gears Tactics te pasarás tu turno disparando y el turno del enemigo también, por lo que los niveles de acción del título no quedan por debajo de las entregas principales de la saga.
Con todo esto, puede sonar a que la estrategia en Gears Tactics ha quedado en segundo plano. Todo lo contrario. El sabio uso de habilidades y coberturas va a ser primordial para nuestra supervivencia, y la dificultad muy bien ajustada pero a la vez inesperadamente difícil en los picos que alcanza en las misiones finales, lo convierten en un juego donde verdaderamente he sentido que dirigía a un escuadrón cuyas vidas dependían directamente de si hacía click unos pasos más allá o no.
Gers Tactics me ha parecido uno de los grandes juegos de lo que va de año, pero si no fuera por esas secundarias que dejan patente la capacidad de mejora del título, Gears Tactics podría llegar incluso más lejos. No sé cómo saldrá en Xbox y si su cambio de control va a perjudicarle demasiado, pero ojalá le vaya lo suficientemente bien como para poder lanzar una secuela que, no dudo con esta base, mejorará esta entrega.
Yo casi lo he acabado, y pienso lo mismo que tú, muchas secundarias y muchos objetos que suben mínimamente los atributos y las habilidades. Me da la sensación de que iban a implementar un sistema de micropagos pero lo desecharon al último momento, solo hay que ver los colores de los botines.
ResponderEliminarSea como sea, gran juego. Sin ser complejo en su base, está lleno de posibilidades y el más mínimo cambio puede cambiar sustancialmente una batalla. Y además, mejora en muchos aspectos a lo visto en X-COM, pero sin ser una copia descarada como se ha visto en otros juegos del mismo estilo. Ojo, si te ha gustado este Gears Tatics creo que es imprescindible que le des una oportunidad a X-COM.
Llevo tiempo con el XCOM en mente, no creas que no. Tengo curiosidad ahora todavía más, por ver hasta qué punto Gears Tactics es bueno por sí mismo. Por lo que dices, sí que es un gran juego en la comparativa tambíen y me alegro.
EliminarUna pena lo de las secundarias, pero bueno, tal como digo es primer intento de algo, se lo perdono. Me ha dado mucha felicidad estos días y aunque lo he desinstalado una vez terminado, me he quedado con mono xD