SHENMUE II - MEJOR JUEGO, PEOR SHENMUE

Una vez entras en Shenmue, es difícil parar. Probablemente esto se liga con lo que comentaba en mi análisis del primer Shenmue, y es que no eres tú quien elige el momento de jugar a Shenmue, es Shenmue el que elige cuándo puedes jugarlo. Por todo esto, y sabiendo que es un juego practicamente partido y la conexión es inmediata entre uno y otro, me dispuse a jugar Shenmue II aprovechando el momento que arrastraba del anterior.

Este análisis va a ser bastante más corto, y es que no se puede entender Shenmue II sin su primera entrega. Por ello, os insto a que leáis el análisis del anterior, y tomaos este análisis como un DLC del mismo.

Shenmue II me hace reflexionar sobre la opinión que tenemos de Shenmue en general. Considero que es acertada, pero no tan precisa como quizá creía. Nos pasamos todo el rato hablando de que Shenmue es un juego sobre saborear el momento, y sobre todo, un juego acerca de fluir con el tiempo y armarnos de paciencia, pero de alguna manera esta secuela choca un poco con ese mensaje, y ya no sé hasta qué punto hemos idealizado según qué aspectos del universo Shenmue.

Y es que Shenmue II es mejor juego, no cabe duda, pero se enfrenta de cara consigo mismo al establecer claras mecánicas que pretenden ahorrarle tiempo al jugador. Encontrarse una tienda cerrada y ver como aparece una opción de dejar pasar el tiempo es lo más chocante de todo este sistema. Es, sin duda, el avance lógico como videojuego, pero a la misma vez desafía un poco la filosofía del Shenmue original, el cual, no olvidemos, nos llegó tan sólo año y medio después. Estamos hablando por tanto de mecánicas orientadas a "arreglar" lo que suponían eran los desperfectos del original, o como mínimo combatir según qué críticas. Como digo, lo entiendo como videojuego, y el primero lo pedía a gritos, pero a la misma vez no sé hasta qué punto tenemos que laurear la pasividad y laissez faire del primero cuando sus creadores tratan de "arreglarlo" en este segundo título.

Shenmue II también destaca, desde un punto de vista algo más negativo, por otra cosa. Nuestra llegada a Hong Kong implicará no conocer a nadie, y a la misma vez desembarcar en una ciudad viva, llena de gente por doquier. De primeras celebré esto, y es que pensar en volver a conocer a todos los vecinos y lugares me daba un poco de vértigo. Pronto, lo acabé echando de menos. Paradójicamente nos encontraremos en una ciudad viva al ojo, pero bastante menos viva que lo que veíamos en el primer Shenmue. Aquí los NPC no tienen rutinas, y son generados de manera aleatoria para poblar las calles y ayudarte a encontrar tu siguiente destino. Tiene sentido considerando el contexto, sí, pero pierde esa magia única del primero, que de nuevo sirve como principal argumento para aquellos que idolatran Shenmue. Esto es como si Twin Peaks se desarrollara en una metrópoli. De nuevo se produce un choque entre el primero y el segundo que realmente no esperaba.

El juego avanza un poco más en la trama a costa de contexto. Los minijuegos que rodean la ciudad, como fuente de ingresos entre otras cosas, son bastante tediosos y dependen en muchas ocasiones del azar, por lo que se me hizo un poco cuesta arriba en ese aspecto. Por lo demás, se mejoran los controles y el sistema de batalla está algo más pulido, menos arcade en general. Es un juego más conciso que el anterior a pesar de presentar un mundo más grande.

Shenmue II no empaña el trabajo del primero, pero me llama la atención que la gente los considere un todo cuando esta secuela se da algunos cabezazos contra su predecesor. En cualquier caso, sigue siendo una experiencia digna de ser jugada, siempre y cuando sigamos con ese trabajo de mentalización que supone el primero.