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30 jul 2024

STILL WAKES THE DEEP - CARPENTER ESTARÍA ORGULLOSO - ANÁLISIS


"No saldremos vivos de aquí, pero esa cosa tampoco".




1975. La carta de tu mujer te deja claro que no le hace gracia que estés aislado del mundo en una plataforma petrolífera. Lees las últimas líneas que dicen que, si esto no cambia, puedes despedirte tanto de ella como de tus hijas mientras aporrean tu puerta llamándote a comer con urgencia. No sería la primera vez que alguien acaba comiéndose tu ración. Las Navidades mas idílicas de tu vida. Pasas por la puerta de tu habitación y por lo menos das gracias de que no te haya tocado compartirla. ¿Puede ir a peor? Sin duda, porque el jefe quiere verte, y no suena agradecido. Estás despedido.


Todo esto será algo anecdótico minutos después, cuando la plataforma petrolífera cave demasiado profundo y toque algo que nunca debió ser despertado.




Bajo esta premisa tan atractiva nace Still Wakes the Deep, teniendo entre una de sus bazas más destacables ese escenario claustrofóbico derivado de la talasofobia. Ya puedo adelantaros que no estamos ante un juego demasiado agobiante, y que incluso me sorprendió lo luminoso y despejado de la propuesta. Las sensaciones no son las de incomodidad en ese sentido, sino más bien las pertenecientes a la amenaza de la propia naturaleza. Still Wakes the Deep apuesta por una inmersión más propia de otro tipo de juegos, más cercana a ese punto de zozobra, de ver el mar embravecido golpeando los pilares de una gigantesca plataforma petrolífera como si estuviera enfadado con el daño que le podáis estar haciendo al fondo marino. La humedad, la lluvia y el viento se sienten tal y como The Chinese Room quería que se sintiera.


Papá vuelve a casa por Navidad


The Chinese Room regresa al terror. Los prácticamente padres de un género tan importante, el del walking simulator tras el lanzamiento de Dear Esther allá por 2012 -e incluso 2008 si tomamos de referencia su formato de mod-, sorprendían a propios y extraños con una vuelta al terror más puro tras aquel no tan inspirado Amnesia: A Machine for Pigs. Al fin y al cabo, fue cuestión casi de días que el terror y el walking simulator se aliaran, creando un matrimonio que a día de hoy se siente indivisible. Still Wakes the Deep es una vuelta pura a un género que dista mucho de olvidado, pero que sí adolece de títulos que aporten frescura o contundencia. 




Estamos ante un terror un tanto extinto en pleno 2024, pero que gracias a buen gusto y experiencia, se sigue sintiendo vigente. Es ese terror a lo desconocido, del que te empieza a manchar la pantalla al mirar cosas desagradables que hagan perder tu cordura -no hay mecánica en torno a esto, simplemente la manifestación visual de ello-, del que te pone taquillas para esconderte y donde tus gemelos volverán a ser tus mayores armas por aguantar todo el peso de tu cuerpo eternamente en cuclillas.


Las referencias son claras en Still Wakes the Deep, apoyándose en John Carpenter como máxima influencia, y concretamente en The Thing tanto en la apuesta por un escenario y contexto con el que guarda obvias similitudes e incluso a la hora de presentar a la tripulación y la forma de vida en la plataforma petrolífera. Si tuviera que mencionar otra influencia, creo que habría que hablar de la ya mítica efigie de Dead Space (EA Redwood Shores, 2008). En la parte más gore, Still Wakes the Deep incluye unas dosis de H R Giger, aunque esta vez desde una extraña belleza cárnica difícil de describir con palabras, que acaba teniendo su cúspide en esa salida de los pontones mediante un ascensor que, mediante también un buen ejercicio audiovisual que combina estética con artes musicales, acaba presentando una especie de Capilla Sixtina de los horrores que te lleva a lo más parecido a una ascensión cósmica dentro de lo terrenal.




Si necesitáis saber si Still Wakes the Deep da miedo o no, no sentí miedo en ningún momento, pero ya sabréis que ando muy vacunado tras haber jugado una infinidad de títulos de este estilo. Eso sí, el diseño en cuanto a los monstruos es especialmente atractivo, pero no siento que pueda decir aquello de "cuidado para los débiles de corazón".


El AAA de los walking simulators


Hay un gran nivel en Still Wakes the Deep y eso se nota desde el principio. Tampoco pedimos mucho a los walking simulators hoy en día, pero sé que quienes hayan jugado unos cuantos me entenderán con toda una clase de detalles que voy a soltar a continuación.




Lo primero, se te ve el cuerpo cuando miras abajo, con animaciones de andar bastante decentes. Esto suele ser un primer indicativo que pone una barrera entre un juego más amateur y otro más profesional. Cuidado, que viene el siguiente: existe una tecla para caminar -jugado con teclado y ratón en la versión de PC-. Sí, esto parece una tontería, pero que exista una tecla para caminar te da directamente un mensaje sobre el ritmo que el desarrollador quiere para ti en el juego, que se suele traducir en "párate a disfrutar de lo que viene por delante y no tengas prisa". En animaciones faciales, hay pocas, porque la mayor parte del tiempo estás solo, pero sorprenden por su calidad, además de tener un más que decente trabajo de interpretación detrás. ¡La comida está muy bien hecha! Otro de esos síntomas de que no estás ante cualquier otro walking simulator -producto como tal, si queréis incluso extenderlo-. Por último, está ese punto inesquivable de narración contextual pero mucho más reducido, con algunos pequeños recortes de lectura rápida y poco más y, atención con esto, no cogemos cada objeto del juego para girarlo y ver su modelado en tres dimensiones ni tenemos que abrir ningún cajón en busca de nada. Definitivamente la next gen de los walking simulator está aquí.


O quizá no, porque como si se tratara de la enésima vez que se levanta el malo del slasher tras haber recibido cuatro disparos, cinco cuchilladas y un planchazo en la cara, Still Wakes the Deep tiene muchos de los topicazos del género. Las ya mencionadas taquillas para esconderse son el mayor ejemplo de ello, especialmente porque ni siquiera acaban siendo necesarias más de una vez en todo el juego, pero por delante también tendremos esas persecuciones que acaban en puertas que hay que abrir con giros de manivela, unas insufribles partes de agua con unos controles demasiado rígidos o, algo que ya acaba pareciendo hasta paródico, sacudidas de viento y temblores extremos cada vez que nuestro personaje decida subirse a una escalera o agarrarse a un saliente.




Poco más puedo decir de Still Wakes the Deep sin estropear sus -por otra parte no tantas- sorpresas. Muy cumplidor en lo técnico, aunque permitidme un tirón de orejas al hecho de que en la versión de Game Pass PC no exista la opción de activar el DLSS de Nvidia, mientras que en Steam y Epic Games Store sí que exista esa posibilidad.


Celebro el trabajo inmersivo que hay, apostando por un enfoque no tan previsible que no haya tirado por enésimos pasillos oscuros donde no acabas de ver a la criatura en ningún momento. No celebro tanto que estemos hablando de un AAA de walking simulator -creo que entendemos a lo que me refiero- pero que siga viendo esas mecánicas tan pasadas sin renovación casi desde la llegada de los primeros walking simulator de terror. Still Wakes the Deep no empuja el género a ninguna parte, más allá de tener la sensación de que, quien lo ha hecho, tiene buen gusto y habilidad para ello.



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