Bienvenidos a un nuevo capítulo de "NeoJín se ha hecho con el Origin Access y quiere jugar a todo lo que tiene pendiente". Hoy, nueva entrega de Battlefield con Battlefield Hardline, el juego de Visceral Games que supuso su epílogo ya que EA no tardaría en mandarla al vertedero junto con el resto de compañías que ha ejecutado.
Vaya por delante que este análisis pertenece íntegramente al modo campaña, ya que a día de hoy es lo único que permanece con vida. Tan sólo pude jugar una partida en el multijugador con unas diez personas, que suponen el último eslabón de héroes que mantienen con vida el online. Sobre él no puedo decir mucho, como comprenderéis. Únicamente decir que los nuevos modos en comparación a anteriores Battlefield son interesantes, y que las hitboxes funcionan bastante mejor que en el modo campaña.
Hardline arrastra jugablemente los problemas del anterior Battlefield. Para empezar, no sé qué demonios les pasa con el campo de visión pero sigue siendo ridículo, agobiante e injustificado -el campo de visión se puede cambiar únicamente para el online-. Las hitboxes siguen fallando, y ese componente de simulación queda minimizado cuando disparos a la cabeza de los enemigos no acaban con ellos, necesitando varios tiros sobre una cabeza que no porta ni casco. ¿Bugs? Bueno, alguno me encontré, pero no tan grave como esos bugs que incapacitaban tu partida en Battlefield 4.
Pero estamos tardando en decir lo verdaderamente importante: Battlefield Hardline es un juego, por una vez, diferente a lo visto hasta ahora. No es ya el hecho de haber abandonado los conflictos militares para establecer una trama policíaca en Miami -con estas palabras no hace falta ni lanzar sinopsis: drogas, corrupción y mezcla de acentos-, es más el hecho del cambio jugable que hay detrás. Adelante, saca de tu arsenal esa escopeta Magnum y esa Micro Uzi, ponte el chaleco y entra disparando a los barriles bien rojos colocados estratégicamente para fardar de las físicas de destrucción de escenarios, pero Hardline está realmente pensado para que obvies todo eso e inicies una infiltración silenciosa con una mera pistola con silenciador, la cual funciona como el culo por el tema de las hitboxes y el nulo daño que hay por disparo a la cabeza. Por ello, Hardline acaba convirtiéndose en un juego de mirar en todo momento el minimapa y avanzar a base de collejas a enemigos desprevenidos.
Tienes otras opciones sigilosas, entre la que destaca el táser de toda la vida y nuestra placa, que tiene un efecto intimidador que permite esposar hasta a tres enemigos que estén medianamente juntos a la misma vez. Todo esto se potencia todavía más con recompensas especiales por capturar a determinados enemigos, que además pueden contener pistas incriminatorias que nos den todavía más experiencia, siendo éstas los típicos coleccionables pero esta vez con un poco más de sentido de cara a la campaña principal.
Aunque es un juego corto, la historia, a priori aburrida, acaba siendo aceptable, y no da mucho tiempo a aburrirse de este sistema de ir agazapado todo el rato buscando la nuca del rival. Decir también que el juego es bastante amable con el jugador, y no llega a solucionar ese problema del tedio que supone fracasar en tu infiltración y tener que repetir punto de control, pero sí que te deja los enemigos ya marcados con tu escáner para ahorrarte una parte del sufrimiento.
Además de ese componente sigiloso, Hardline hace otras cosas pero se quedan a media cocción. El hacer un juego con este contexto hace que el jugador pueda tomárselo con más calma. A pesar de ser un completista de nacimiento nunca he sentido la necesidad, ni en Call of Duty ni en Battlefield, de conseguir los objetos coleccionables de los niveles, y es que pararse a buscar informes en medio de una guerra se me hacía contraproducente para el ritmo de la partida. Asesinabas la ambientación. Hardline permite parar y observar, recopilar información y jugar a tu propio ritmo. Hay incluso amagos de niveles abiertos como el de los pantanos y la parte final, aunque se quedan más en un concepto que otra cosa. Lo mismo le pasa al uso de tirolinas y lanzacabos para escalar a zonas más elevadas. Su uso es anecdótico y podría haberse explotado más.
No recomendaría su compra por motivos obvios, y es que su online está muerto. Tanto Battlefield 3 como 4 tienen más jugadores y son juegos anteriores. Ahora bien, aunque el juego arrastra problemas me gusta premiar el haber hecho un juego tan valiente y tan diferente a pesar de que no funcionara como debería.
No podría añadir nada más. Me hice con él con alguna oferta de estas de la Store y la verdad, pese a que el modo historia no era para echar cohetes, el multijuagador se antojaba bastante entretenido, sobretodo si le sumas sus DLC. Peor bueno, con el paso del tiempo han seguido desapareciendo sus jugadores por lo visto, una lástima.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias por tu comentario ^^. Sí, ha quedado relegado a un curioso y valiente modo historia.
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