T.E.C. 3001

Un runner con tres "modos" en un aspecto visual muy TRON.

De la mano de Phoenix Game Studio (Ski-Simulator, Dark Redeemer) llega un runner algo diferente. Los runner están de moda -sobre todo en ese extrapoblado sector indie- y cada uno se busca las castañas para diferenciarse de su enemigo más cercano. T.E.C 3001 se mete en muchas cosas, y la verdad es que sale bien parado en todas ellas. En concreto, son tres las modalidades que el juego toca a lo largo de sus cerca de 50 niveles, ya que a los más de 40 iniciales hay que sumar varios añadidos bonus. En realidad no son modalidades como tal, porque en ningún momento elegimos. Simplemente cada nivel tiene una mecánica diferente siempre dentro de lo que es el runner -es decir, darse de hostias a altas velocidades con toda diversidad de muros y precipicios-.

Para empezar, tenemos niveles de runner puro desde una perspectiva trasera de nuestro personaje. Ya podéis ver en las imágenes que no estamos ante un runner de side-scrolling. Existen tres carriles por donde debemos ir moviéndonos para evitar los diversos muros que se nos van imponiendo a grandes velocidades. Se incluyen por supuesto barreras que debemos saltar o esquivar deslizándonos por abajo hasta conseguir llegar a la meta.

Tres carriles y un millón de trampas

Una modalidad más curiosa aparece en algunos niveles que se transforman casi en un juego de QTEs. Aquí, tendremos un único carril, y lo único que importa es alcanzar la máxima velocidad. Tendremos que evitar también barreras, pero lo más importante es acertar el "cambio de marcha" que pisaremos y nos dará más velocidad. Y digo lo del cambio de marcha porque este modo me recordó mucho a aquellas carreras de sprint de Need for Speed Underground donde los coches competían en una calle recta y lo único importante era meter la siguiente marcha en el momento adecuado. En T.E.C 3001 si pisas a tiempo o a destiempo perderás velocidad. Estos niveles son casi siempre los más difíciles porque acabé pensando que estaban de alguna manera mal configurados. Hay un pequeño espacio entre nuestro robot y donde está posicionada la cámara, y uno no acaba sabiendo si tiene que pisar cuando llega el robot o cuando llega tu cámara. Ninguna de las dos estrategias me acabó de funcionar.

¡El QTE infiltrado!

Por último, el modo más complejo -que no más difícil- es el modo libre, por llamarlo de alguna manera. En este caso no existirán carriles y podemos movernos libremente de izquierda a derecha a lo largo del camino. Se acaba convirtiendo en casi un juego de carreras, con curvas e incluso en algunos niveles con vueltas y todo. La velocidad vendrá determinada por los objetos que vayamos cogiendo, siendo más importante llevar una velocidad adecuada que llevar la velocidad máxima. Es en este modo donde nace la esencia plataformera, ya que la cosa aquí va más hacia saltar precipicios que hacia esquivar barreras.

No se le pueden poner diques al mar

Tres modos para un mismo juego que de alguna manera se solapan muy bien. Es posible que cruces comandos entre unos y otros, pero para mí es una apuesta acertada que se traduce en variedad y calidad. Porque a pesar de sus fallos y de tener las miserias de los runner -la paciencia debería introducirse en los requisitos mínimos- no os creáis que hay muchas mejores opciones que éste, aunque queda lejos de titanes como la saga Bit.Trip Runner.