Probotector

Probotector, o Contra, u Operation C. Mira, yo que sé, yo me lío muchísimo con esta saga. Encima te cambian los sprites y todo en algunos juegos para liar más la cosa. Yo procuro echar un vistazo antes a ver si encuentro el símbolo de Konami y ya me empiezo a situar. ¿Va de tiros? ¿Se echa cuerpo a tierra cruzando las piernas mejor que Sharon Stone? ¿Un toque y mueres? Pues ya está, de esa saga.

Hoy toca el hermanito menor, el de Game Boy comercializado en 1991 y desarrollado por Konami, aunque eche de menos ver su simbolito en los créditos iniciales. Acción y plataformas con más de lo primero que de lo segundo. Fijaos si hay cachondeo con esto de las variaciones entre distintas regiones que ni se ponen de acuerdo en el argumento. En Japón, una nación poderosa busca controlar una célula alienígena para desarrollar armamento basado en ella. Incluso podemos elegir nivel antes de enfrentarnos al último. En América, que se debieron dar muy por aludidos, los enemigos son los que están bajo las órdenes del cerebro alienígena que vemos al final del juego, y en ningún momento podemos elegir nivel. En cualquier caso, en Japón, América o Suazilandia tenemos que meter balas de metralleta en el cuerpo del malo.

Dialogando con el cerebro alienígena de la manera americana

Bueno, metralleta, misiles, escopetazos o lo que se preste, porque por supuesto Probotector (llamémoslo así) goza con su arsenal típico de armas. Nos falta el lanzallamas y tal, y el láser, pero las básicas están, ofreciendo la opción de acumular dos del mismo tipo para incrementar su efecto. Tranquilos, que aquí no hay que estar pendientes de que nos maten con el arma que no queremos para salvar la otra. Aquí cogemos el arma y punto. Si morimos, nos quedamos sin ella.

Pero no tembléis, que este Probotector de Game Boy es bastante más fácil que sus hermanos/primos mayores. Cinco niveles que ofrecen scroll horizontal clásico en unos y vista cenital y scroll vertical en otros. Se agradece la variedad. Además, el arma teledirigida es especialmente efectiva, y nuestro éxito dependerá en gran parte de conservarla, hasta el punto de que el juego puede ser bastante infernal si nos quedamos sin ella. Básicamente eres capaz de marcar la dificultad del juego eligiendo el arma que llevas. Además, lo que mencionaba de elegir nivel en Japón no es ninguna tontería, ya que acaba influyendo en las otras versiones donde no puedes elegir nivel. La consecuencia es que nunca tendremos sensación de incremento de dificultad, y todos los niveles, salo el último, son igual de difíciles.

Dos niveles desde esta perspectiva y tres desde la horizontal

Tiene buenos gráficos, por encima de la media de los juegos de Game Boy. Esto se nota especialmente en los fondos, bastante detallados, y en la suavidad de las animaciones de todo lo que vemos en pantalla. Se echa un poco de menos algo más de variedad en ciertos enemigos, pero jugablemente está bien como está. Probotector es un clásico algo moribundo cuyo nombre resonaba mucho más antes, pero eso no quita para que cada vez que lo juguemos pensemos en lo bueno que era. Sobre todo si se suaviza la dificultad, que ahora somos todos unos nenazas.