Serious Sam 3: BFE

Serious Sam es el primo de Duke Nukem, esto es así. Las similitudes entre ambos juegos dentro de su género de FPS son evidentes, con un sentido del humor muy marcado y con un sentimiento old school que nos hace gastar los misiles como si fueran balas de una ametralladora. Son juegos donde la expresión "un hombre contra un ejercito" cobra un sentido muy literal, y es que armados hasta los dientes con toda clase de artilugios vencemos a hordas enemigas más numerosas que fans tienen los One Direction.

Es precisamente en este sentimiento old school donde Serious Sam se ha diferenciado algo de nuestro querido Duke Nukem. Si bien disfrutábamos inmensamente con Serious Sam 2 de hordas de enemigos infinitas todo hacía presagiar que Serious Sam 3, lanzado en 2011, iba a ser un juego que se preocupara por dar un argumento dentro de una linealidad más llamativo, algo más propio de los tiempos que corren. Lejos de eso, Serious Sam 3 se recrea en sí mismo, y se ha convertido en algo todavía más bestia si cabe.

Pero Serious Sam, por mucho que nos duela a algunos, es el eterno segundón. Duke Nukem siempre será Duke Nukem, y por mucho que lo intente Serious Sam estará por detrás de él. Da igual que por ejemplo este Serious Sam 3: BFE sea bastante más divertido que Duke Nukem Forever, porque siempre quedará en un plano inferior. Duke Nukem es el Metallica de los videojuegos, mientras que Serious Sam es el Megadeth.

Así que en esta batallita de complejos camuflados, Serious Sam 3 es un juego digno de ser jugado. No encontraréis complicación alguna. Esto va de matar, matar y matar y tener como único componente estratégico el saber dónde está la caja de misiles infinitos para cuando se nos acaben los cien que acoge nuestro lanzamisiles (recordemos la teoría del lanzamisiles). Además de la citada arma, contamos con un martillo que no nos será de mucha utilidad, armas de fuego más clásicas como escopetas y ametralladoras (muchas de ellas, incluyendo la maravillosa minigun) y otras más espectaculares como la devastadora (mejor arma que he visto en un FPS) o el socorrido cañón, ya imagen de marca. Bueno, sí, también contamos con un brazalete que no sirve absolutamente para nada.

Capacidad para 100 misiles, más que para la escopeta

Avanzad sin miedo por las dunas aniquilando todo lo que veáis. Vale, tened un poco de miedo que si os metéis mucho por las dunas acabaréis engullidos por un gusano de arena a lo Dune. Buscad un compañero de juegos, o una compañera en el más utópico de los casos, y recorred juntos un Egipto perfectamente destruible repleto de distintas criaturas que os sonarán de pasados Serious Sam. No tenéis ni que preocuparos por el reparto de munición porque cada uno tiene sus propios items. Aprovechaos del multijugador local para pasar una divertida tarde con vuestros compañeros de armas, culpadles siempre de todos y cada uno de los errores que cometen y que te cuestan las vidas comunitarias y terminad amando el juego y odiando todos aquellos que se olvidan de que un multijugador local se agradece tanto o más que el online (aunque sea impopular decir esto en la época de los 500 amigos virtuales). Precisamente Serious Sam 3 presenta como principal problema que es algo soso si se juega sólo.

La mayoría de los enemigos son bastante majestuosos, pero nuestras armas lo son más

Se repiten muchísimo los escenarios, y aunque los gráficos son muy buenos quedan deslucidos por su inexistente variedad. Todo se desarrolla entre arena y monumentos egipcios, jeroglíficos y, en algunas ocasiones, algo claustrofóbicas cuevas y mazmorras. Todo muy marron. Alguna que otra vez se hace algo pesado, pero la mayoría de las veces la satisfacción de lanzar misiles casi sin apuntar y siempre impactar en algún enemigo se impone a cualquier otro sentimiento de tedio.

Un decente resumen visual de la cantidad de enemigos en pantalla

Si alguien conoce la saga, Serious Sam 3 es casi una revisión de los anteriores con gráficos mejorados e igualmente divertido y destructivo, así que está a la altura. Si es en cambio vuestra primera aventura matando alienígenas, no esperéis encontrar argumento o algo que se salga del placentero arte de matar en masa.