The Walking Dead: Survival Instinct

Mira que nadie podía esperar nada de un juego como The Walking Dead: Survival Instinct sabiendo que era el producto oficial de la serie y, sobre todo, que el otro juego de The Walking Dead de Telltale era demasiado bueno. Sin embargo, tampoco podíamos esperar que el juego fuera a ser la basura infecta que es, y es que hacía mucho tiempo que no jugaba a un juego tan mal hecho, tan incómodo y tan sosezno. The Walking Dead: Survival Instinct ha conseguido que tema más a un apocalipsis lleno de juegos malos que a un apocalipsis zombie.

El verdadero horror no son los zombies

Hay, digamos, dos tipos de personas que sienten interés por todo esto de The Walking Dead. Los que leen el cómic/ven la serie/juegan al juego buscando la masacre zombie clásica, y los que ven en todo ello que los zombies son un mero contexto y que la cosa va de personas. No es por ser nazi, pero los primeros están muy equivocados. Sin embargo, dentro de esta equivocación, Terminal Reality (responsables de cosas como Kinect Star Wars) han querido tener el detalle de hacer un juego para ellos, donde matar zombies es el día a día. Sin embargo se queda a medio camino, porque The Walking Dead: Survival Instinct no es ni un FPS. Nuestra labor durante el 90% del juego será la de ir acercándonos por detrás de los zombies para acuchillarles en la cabeza y matarlos instantáneamente. Como si fuera un juego de infiltración en primera persona pero sin pies ni cabeza. Contamos con armas, de munición escasa, que atraerán a todos los zombies de la zona si finalmente decidimos dispararlas. Quitando el clímax final donde todo se convierte en un Left 4 Dead mal hecho no vamos casi a usarlas. Curiosamente hay un montón de armas de fuego, que servirán para llenar nuestro inventario y pensar en lo bonito que sería dispararlas.

Están por todas partes

Pero si al menos esto fuera variado y tuvieras la sensación de que van a pasar cosas podrías sobrevivir a este apocalipsis soporífero. Es más, si el juego no estuviera tan mal hecho y sobre todo tan apestosamente optimizado podrías encontrar en él algo positivo, como hice en Land of the Dead: Road to Fiddler's Green.  Precisamente el juego recuerda mucho a aquél, pero sólo en su faceta más negativa. No es precisamente que me falte máquina para mover esto, y el juego pega unos tirones que dan vergüenza ajena, y sobre todo sin justificación alguna porque los gráficos parecen los de un remake HD de un juego de PS2. En cualquier caso es lo de menos.

Imagen normal con zombies, para que lo veáis también (AKA: me da pereza editar la imagen con tanto zombie)

Sin embargo, hay algo de luz en todo este aborto. El juego se divide en distintos niveles a los que tenemos que acceder mediante un vehículo. No os emocionéis que el vehículo ni lo oléis, simplemente es una pantalla de carga donde nos dirigimos a nuestra siguiente localización. En ese trayecto pueden pasar muchas cosas, desde que nos encontremos con una zona que parece tener varios recursos para nuestra supervivencia hasta que se nos rompa alguna parte del coche y tengamos que parar para reemplazarla. Lo malo de estos minimapeados es que hay muy pocos y acaban repitiéndose, pero la idea en sí por lo menos aporta algo diferente. En este sentido será importante buscar recursos por todos los niveles que nos permitan tener suficiente combustible. Estoy hablando de lo que en teoría pretendían los desarrolladores, porque la realidad es bien distinta, ya que podemos despreocuparnos de esta búsqueda de recursos y quedarnos sin combustible a medio camino para comprobar como nos llevan a un lugar que está plagado de combustible y poder así continuar nuestro camino.

Además en el juego nos iremos encontrando con supervivientes a los cuales tendremos que ayudar para que se vayan añadiendo a nuestro grupo. Los supervivientes pueden ser mandados a buscar recursos arriesgando sus vidas, por lo que algunos morirán y otros sobrevivirán. No os preocupéis mucho por ellos porque no es que sean imprescindibles y ni mucho menos les tomas cariño. Mandadlos sin piedad a por recursos aunque las probabilidades de éxito sean del 0%.

Tampoco vamos a encontrar una gran cantidad de guiños

Ésa es la parte buena, o menos mala. Acabas también hasta las narices de que el coche se te rompa más que nada porque como digo los escenarios se repiten una y otra vez, pero de alguna manera lo prefieres a una absoluta linealidad. Quizá sea simplemente que no esperas que un juego así pretenda hacer algo distinto. En cambio, en lo que sí hay que reconocerle méritos es en el hecho de que transmite algunas sensaciones que transmite la serie en la que está basado. Manejamos a Daryl Dixon en los momentos previos a su aparición en la serie, y aunque tardamos en hacernos con la ballesta al final nos sentimos medianamente felices de poder disparar con ella y recuperar las flechas de los cerebros de los infectados. También está el hecho de que la ambientación y lo que viene siendo el diseño es muy de la serie, con esos tonos amarillentos que predominan durante todas nuestras marchas diarias.

No es que el Daryl del juego sea una maravilla de la caracterización...

Pero como veis todas las pocas cosas positivas que menciono van en relación a aspectos del envoltorio y estructura y nunca a aspectos de jugabilidad pura y dura. Como juego, como experiencia a los mandos/teclados es una basura considerable inferior todavía a lo que se presuponía desde un principio. Si sois muy fans de la serie adelante, tampoco es que el juego dure más de 10 horas (unas 7 me duró a mí), pero la pereza que transmite es tan grande que no sé ni porqué me estoy molestando en hablar tanto de él.

PUNTUACIÓN

2.5