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23 dic 2016

PRM 2016: Aspectos sonoros

Probad a cambiarle la banda sonora a vuestra escena de película favorita y nada será igual. A continuación el reconocimiento de los Premios Raúl Minero a las bandas sonoras y al propio sonido de los videojuegos.





Es tremendamente doloroso para nuestro oído tener que estar escuchando en Hot Wheels: Stunt Track Driver de Game Boy Color el sonido continuado del motor del coche independientemente de lo que ocurra en pantalla. Un zumbido continuo que es más molesto que meterse en un avispero.

Segundo lugar para el prototipo gratuito de Oh...Sir! que tiene un trabajo de grabación de voz terrible. Vale que el juego se hiciera en dos días, pero eso no quita para que las voces se oigan enlatadas y distorsionadas como si sonaran a través de un transistor de los años sesenta. Tercer lugar para Uncanny Valley, que no sé si voluntariamente o no presenta unos sonidos incómodos y mal ecualizados, capaces de oírse o muy poco o demasiado. Último lugar para Rituals y sus inexplicables distorsiones y mala calidad del sonido al interactuar con objetos del escenario.


Si hay un juego que represente exactamente lo que un ganador del PRM al mejor sonido debe tener ése es Dead by Daylight. Un juego en el que los aspectos sonoros están metidos dentro de la propia mecánica del juego. Escuchar los sonidos de tu alrededor es la clave que diferencia a los asesinos/supervivientes comunes de los avanzados. Un mero crujir de una madera puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

En Resident Evil HD Remaster no sólo se han potenciado los gráficos, también el apartado sonoro tiene un nivel muy alto. Las pisadas en los distintos suelos, los efectos ambientales y los propios sonidos de los enemigos están muy bien logrados. No podemos aplaudir tanto el doblaje, desde luego. Tercer lugar para Rise of the Tomb Raider, que al igual que su antecesor tiene sonidos para sus armas, explosiones y derivados únicos. Puedes jugar a cien juegos de acción que este Tomb Raider sonará propio y personal. Parecido es el caso de Quantum Break, aunque a un menor nivel. Cierra la lista The Evil Within, en un nivel algo más genérico pero suficientemente bueno para ser digno de mención.


The Flame in the Flood de Chuck Ragan (Spotify) es una maravilla que no puede irle mejor al juego, hasta el punto de que el mismo juego con una canción diferente no hubiera sido tan bueno. Una canción que se acaba usando en casi todos los momentos del juego, desde la propia aparición en la aventura -un puntazo- hasta una mera selección en el menu del juego. Ganadora por goleada.

Segundo puesto para The Gravewalker de Shadow of Mordor (Spotify) que viene a capitanear esa estupenda banda sonora de cantos Uruk-hai por doquier. Tercer lugar para el tema que abre Oxenfree llamado Lost (Prologue) (Spotify), capaz de captar en una sola canción esa aura de misterio y descubrimiento que rodea a todo el juego. Cuarto lugar para los créditos iniciales de cada uno de los capítulos de The Wolf Among Us (YouTube), una canción que unida a sus imágenes forman el mejor opening posible para una serie de su género. Quinto lugar y con un razonamiento idéntico al anterior pero de efecto inferior, el Theme of D4 de D4: Dark Dreams Don't Die (Spotify).


Normalmente el ganador del premio a la banda sonora suele tener una canción entre los nominados a mejor canción. No es el caso de Payday 2 ya que su completa banda sonora funciona de una manera compacta. La banda sonora del primero era increíble y la del 2 no es superior pero por lo menos mantiene el tipo. Una banda sonora que además se adapta a situaciones y momentos.

Divine Divinity queda en segundo lugar. Tiene sus años, pero pocos juegos tienen una banda sonora capaz de quedarse de manera tan fuerte en tu memoria cuando su género es la orquesta típica de fantasía medieval. Oxenfree por su parte presenta una banda sonora excelente pero más ambiental, capaz de acompañar más que maravillar aunque destacan varios temas por separado. Otra de las bandas sonoras a tener en cuenta es la que ocupa el cuarto lugar: Shadow of Mordor, que te da ganas de convertirte en un capitán de los Uruk-hai con cada uno de los gritos y golpes a los tambores de guerra. Cierra The Flame in the Flood, con una buena banda sonora pero, como ya hemos visto antes, eclipsada por un tema principal que se come al resto de canciones.

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