Martha Is Dead no tiene claro lo que quiere ser, tal y como le pasa a la propia protagonista del juego.
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Desde Italia nos llega uno de los walking simulator de terror que más ruido hizo en los últimos años. Volvemos, ya adelanto, a lo de siempre: el género está muy mal, tanto como para perdonarle a Martha Is Dead sus pecados. Vengo, además, de probar el excelente Karma: The Dark World, uno de los juegos de terror -por decir algo- que claramente abren camino y elevan el baremo sobre lo que de verdad debería ser un buen juego del género, así que Martha Is Dead va a pagar un poco los platos rotos en el análisis de hoy.
Siento que LKA, el estudio italiano que nos trae el juego que nos ocupa, no ha sabido decantarse lo suficiente en ninguna de sus premisas. Martha Is Dead funciona mejor como un thriller que como un juego de terror, pero no se decanta la balanza en ningún momento. Su historia es atrapante, al menos en su premisa, y reconozco que cada hallazgo me empujaba a seguir jugando, dejando incluso de lado el resto de objetivos un tanto opcionales que iban apareciendo, así como la invitación a un simulador de fotografía que aparece como una capa subyacente durante el juego. Tampoco acaba por pronunciarse sobre si quiere ser un juego sutil, más reflexivo, o si quiere apostar por una experiencia más visual y directa, abrazando incluso alguna ocasión la perturbación sin demasiada finura. Martha Is Dead es capaz de colocar imágenes inspiradas acompañadas de una decente banda sonora, y al minuto estar cayendo en el pozo de la obviedad gore-festiva. No es eso lo que me incomodó precisamente, sino la falta de personalidad a la hora de abrazar un concepto u otro.
Creo que se intenta abarcar demasiado sin tomar ninguna decisión, y eso se traslada también a una historia un tanto obtusa y con bastantes incoherencias. Como digo, no tengo grandes críticas sobre lo narrativo, y vuelvo a repetir, tiene una serie de momentos tan atrapantes que quedé bastante contento, con gana siempre de dar el siguiente paso para ver qué pasaba, a pesar de que la resolución me gustó menos, especialmente cuando entra en juego la parte del teatro de marionetas. No hablemos ya de ciertos momentos donde el personaje principal no está a la altura de los acontecimientos. Sin entrar en muchos detalles, hay un momento donde aparece un fantasma al revelar una fotografía, pero la reacción es la misma que si en la fotografía hubiera salido una barra de pan. No doy más ejemplos por no romper algunos momentos memorables, pero hay una serie de acciones completamente ilógicas que me sacaron demasiado de contexto y dificultaron mi inmersión. Todas estas cosas chocan, como digo, con una intención inusual de hacer las cosas con buen gusto o, como mínimo, de una manera un poco diferente a la rectitud de los walking simulator.
Algo que me gustó bastante de Martha Is Dead es que se siente analógico y poco guiado. Hubiera quitado eso de tener que presionar un botón unos segundos para interactuar, y algunos QTE que claramente no están muy inspirados, pero la forma en la que se consulta el mapa y todo ocurre en una misma hacienda -tenemos un único escenario en todo el juego, pero no acaba siendo algo que resienta la impresión final-, sin puntos de navegación ni similares, me otorgaron cierta fisicalidad extra. Esto ha llevado al juego a recibir algunas quejas de más, pero a mí me pareció un digno precio a pagar, incluso cuando me pegué alguna caminata para comprobar que me faltaba algo antes de poder avanzar, obligándome a dar la vuelta. Sí que tenemos un menú con objetivos y cosas que hacer a modo de lista de tareas, pero abracé una experiencia más analógica.
Por desgracia, Martha Is Dead tiene un rendimiento bastante malo en PC. No suelo tener grandes problemas con esto, soy bastante permisivo y no suele afectar a mi puntuación final, pero aquí influye directamente en el juego. Fueron muchas veces las que el juego tenía preparado para mí un susto -no hay mucho jumpscare, cosa que valoro-, pero estaba precedido de una pequeña carga con tironcillo de un segundo que mataba por completo la escena. Hay Ray Tracing, hay DLSS, pero salta un mensaje de que es una función experimental al activarlo, por lo que no sé hasta qué punto se quedó la cosa a medio camino.
El género está tan poblado de malas experiencias que a poco que salga algo que lo haga mínimamente bien, ya parece que acaba compensando. Martha Is Dead se coloca en ese extraño limbo, donde acaba siendo mejor por demérito de los demás que por inspiración propia. Eso sí, tengo claro que su historia, al menos hasta determinado giro hacia el final, funciona mejor como un relato corto de terror que como videojuego donde pasar demasiado tiempo.
Copia de prensa proporcionada por Wired Productions.
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