Gran Hermano 12+1. Gala 1

Que alguien me explique qué estoy haciendo. Después de recibir amenazas de muerte por parte de Miolos Ciscados (“quita ese fondo ahora mismo o enfrentémonos a muerte en un 1v1 de Hunter en el Left 4 Dead 2”) y otra algo más sutil de Samu Alfageme (pasándome fotos de terrorismo y demostrándome lo cani que puede llegar a ser), ahora voy y hago actualizaciones sobre Gran Hermano. Así es, el GH 12+1 ha comenzado, y la impopularidad del concurso entre los que me rodean es impagable. Como estratega a la hora de conseguir seguidores no tengo precio.

Es una realidad, adoro Gran Hermano desde la primera edición. Esta nueva edición, la 12+1, pretende (o eso dicen) recuperar un poco el espíritu de los comienzos, con unos seleccionados más comunes y representativos del ganado español. No tenemos una sucesión de freaks, ni de parejas que entran juntas solo por el morbo de ver como se destruyen, ni neonazis conviviendo con negros (no ha ocurrido, pero veremos a ver en el GH14 como el GH12+1 no tenga acogida).

Entrando ya en materia, la gala estuvo bien, aunque el grupo ese de percusionistas raros a lo Mayumana fue bastante malillo. El plató me recordó (mil veces más espacioso, eso sí) al de la final de GH8, el que ganó Naiala, y que se recordará por Dani Rubio y Javier Robles metiéndose hasta con la presentadora. Creo recordar que había una zona apartada donde estaban los concursantes que era roja, como la zona donde se sientan los familiares ahora.

En cuanto a la casa, muy maja, más de lo que cabía esperar en principio con las amenazas de ajuste de cinturón que se había anunciado. El confesionario es algo raro, un poco oscuro, me recordó al del Gran Hermano Italia (¿era Italia?) donde Saray y Gerardo declararon su sincero y eterno amor. El de esta edición tiene como escamas doradas en las paredes, que con el Skyrim de moda a mí ya me tienen conquistado.

La Milá no iba muy espantaja, para desgracia de los odiadores acérrimos. Los zapatos no me gustaron un pimiento, y sigo sin acostumbrarme a verla con el pelo tan corto (ni a ella ni a ninguna mujer). El súper parece un T-101.

"Tu misma"

La novedad este año, el +1. La verdad es que flipé cuando escuche a Mercedes Milá decir semejante burrada. Ahora más o menos la he asimilado, pero no me convence en absoluto. Un concursante entrará a la casa pagando dinero, el que más pague es el que entra. Vale que el dinero va a la Cruz Roja, y en el fondo es quitarle a alguien que le sobra el dinero para donarlo, pero creo que este sistema choca demasiado con la filosofía de GH. Simplemente va a entrar el que más dinero tenga, no el que de verdad tenga más ilusión/sea más apropiado para ello. Además, el que entre ya está condenado, va a ser expulsado bien rápido por su condición de niño/a rico/a, que en España la envidia se practica con esmero. Actualmente, mientras escribo estas líneas, la subasta ya va por 10.000.000 de euros (no de las antiguas pesetas, de euros). GH12+$1$.

Pero vamos a lo que de verdad queréis (fieles y numerosísimos seguidores de mi bloJ), los prejuicios injustificados de una mente obscena y marujona como la mía hacia los concursantes:

Noemi fue la primera en entrar, y al igual que otros concursantes lo hizo boca abajo como si de un vampiro se tratara. Además, supongo que por motivos de seguridad, lo hicieron con los brazos cruzados, lo cual acentuaba su vampirismo. Noemi tiene las características de una ganadora, es de esas personas que caen bien y gozan de naturalidad. Tiene pinta de hablar demasiado, pero si se controla y no se hace cansina para el público llegará muy lejos. En su video de presentación, sobre todo por su acento, me recordó a cierto niño del cola cao.

"Hola, me llamo Noemi y tengo 10 jaño"

Mary Jo (o Joe, porque lo he visto de las dos maneras en la web oficial) tiene nombre de ser novia de Peter Parker, o como mínimo de personaje de película americana. Por supuesto yo la amo momentáneamente, que ya sabéis de mi debilidad por Asia y la ñoñería. Es bióloga, aunque ya quisiera llegar al nivel de la Exuberrubia. No creo que dure demasiado en el concurso, pero porque no tiene pinta de mojarse.

¡El cura motero! Vaya, alguna excentricidad tenían que meter. Conozco yo el cuento de este tipo de concursantes, que ya me he visto algún que otro programita. Empiezan siendo candidatos a ganar, a todo el mundo le encanta y nunca se mea fuera del tiesto, pero luego se alían con la facción aburrida de la casa y acaban cayendo regular. Son leales, no pegan gritos y adoptan actitudes conciliadoras, lo cual siempre acaba traduciéndose en “tú es que nunca te mojas”. De momento, por supuesto, y como ocurría con todos los de este perfil, cae muy bien. Perfecto para el cuarto puesto.

Zulema, aparte de ser un nombre perfecto para una marca de zumos, tiene toda la pinta de ser de las primeras expulsadas. No tiene precio el momento de su video presentación diciendo “estoy abierta a nuevas experiencias” consigo misma dibujada detrás enseñando las peras. Si queréis que me moje del todo, digo que sale la primera.

Que no os estoy mintiendo

Pepe: “que me mimen y me cuiden. Mis cositas”. Algo así decía en el video de presentación (y seguido, no es que el “mis cositas” esté cogido de otro fragmento, en su mente algo de sentido tenía eso). Admito que en el video de presentación me ha caído bastante mal, luego lo he visto de otra manera, pero… un momento… ese perfil a mi me recuerda a… ¡¡GERARDO!! Uno de los concursantes más queridos de las ediciones de Gran Hermano. Pepe tiene un toque gerardiano que hace que caiga peor sin haber hecho todavía nada. Bueno, puede ser Gerardo o puede ser Bruno, aquel que se enamoró de Judit Iglesias y le robó unas bragas, que según Tatiana eran iguales.

¿Bailará Pepe el chupito de amor?

Hugo, ay Hugo… el hombre perfecto que es tan perfecto que acaba siendo expulsado. Cuando la gente ve a una persona tan correcta, la única explicación que le da es que es un falso o que oculta algo, y me da que aquí tenemos un Eneko 2. A mí me gusta, pero ya veremos. Por lo menos siempre le quedará su pareja de la que está enamoradísimamente enamorado: “De momento no me aburre”. Eso es amor.

De Ochoa y David no tengo mucho que decir, salvo que entraron a lo país de las maravillas. David me recuerda un poco al mítico Ismael, pero unos 13 años después y petado a gimnasio. En realidad no tienen nada que ver, pero oye, a mí me lo recordó. No creo que existan muchas personas que opten ahora mismo por Ochoa como ganadora del concurso, tiene la pinta de ser relleno total. Azucena también me huele a relleno. No parece mala gente, pero tampoco parece que vaya a dar momentos muy divertidos. Y a todo esto… por favor, qué barbaridad, la hija de Fortu está concursando (creo que no tengo que decir nada más sobre ella, de momento).

Dejo puesto al fotografo porque después de Megaupload van a por mí

Alessandro, que lo vendieron como una estrella del Calcio con tanta previa y luego es un desconocido. Yo esperaba a Gattuso repartiendo leña en Gran Hermano, pero no, jugaron con mis ilusiones. El padre ya daba en el video alguna pista sobre él: “Le gusta vivir”. Es decir, en el idioma de Castilla, “es más fiestero que Pocholo”.

Bueno, me dejé para el final a la estrella de la noche. Mondarina Sindia, que parece sacada de un capítulo de Aida. Sindia es más peligrosa de lo que parece, como supere unas cinco semanas en concurso acabará convirtiéndose en una Tatiana (con estatura proporcional a mala leche) que no va a haber quien eche de ahí. “Este año vamos a intentar moderar el lenguaje”, o algo así soltaba la Milá en pleno Callao. Difícil lo va a tener con ella cuando la palabra que más dijo en la gala fue “ostia” (sí, delante del cura). Bueno, más que “ostia” fue “uftia”, que no puede ser más andaluza cerrada. Más de uno se acordará de las conversaciones intraducibles de las gemelas.

Creo que no me he dejado a ninguno, y si lo he hecho significa que ha tenido tan poca relevancia que ni me acuerdo ya de quien es. Estoy deseando ver al milloneti que va a entrar en la casa.

Si John Cobra tiene dinero, bien podría entrar