SLIDER

12 ago 2025

LIES OF P - ALMA DE MARIONETA - ANÁLISIS


La conciencia es esa vocecita que la gente no escucha.




Lies of P salió en 2023, en una época donde cualquier cosa que saliera fuera de nuestros márgenes establecidos, nos sonaba a mentira. Mentiras de piernas cortas y no de narices largas, porque íbamos a poder comprobarlo en cuanto salieran a la venta todos aquellos juegos que venían de Asia, pero no de nuestra ya bien conocida Japón. China y Corea del Sur expandían la industria del videojuego en dicho continente, y Lies of P fue uno de los precursores. Neowiz, junto a Round8 Studio, nos traían un soulslike ambientado en la Belle Époque y el mundo de Pinocho, el cuento de Carlo Collodi que popularizó Disney como clásico en la década de los 40. A partir de ahí, un reconocimiento mundial al que, por desgracia, no he conseguido sumarme como creía.


He disfrutado Lies of P, no quiero engañaros, pero no pude quitarme en ningún momento la sensación de estar jugando a un título que bebe demasiado de los Dark Souls como para perdonárselo. Creía que me lo iba a quitar de encima conforme fuera jugando, que esa primera impresión donde todo, incluso la interfaz, parecía una re-skin de los juegos de FromSoftware, acabaría por sustituirse a base de saber hacer. Además llego a Lies of P ahora, dos años después de su lanzamiento, cuando he tenido suficiente tiempo como para leer y escuchar las diversas alabanzas que ha recibido desde su salida. Sí, Lies of P es un buen clon de Dark Souls, pero precisamente me encuentro en una etapa donde necesito más alma que otra cosa en los juegos, y he sentido demasiado vacío en el cascarón de marioneta que Neowiz me ha dejado. Creo que se nota en todos mis análisis recientes, en muchos juegos que no creo necesario ni nombrar pero que me demuestran, cada día más, qué busco en un videojuego. A muchos otros les compensó, porque desde luego, estamos ante un juego muy solvente y contundente, pero yo no fui capaz de dejar de sentir que estaba jugando un subproducto incapaz de encontrar su propio camino.


No hablamos de copiar la base jugable únicamente, hablamos de copiar sensaciones. Desde abrazar esa parquedad que sentaba bien en Dark Souls por única pero que aquí se siente demasiado forzada, a imitar esos largos trayectos sin música que se sentían como abrazos a la soledad y a la continua sensación de territorios inexplorados, mientras que aquí se sienten como partes voluntariamente sosas "porque ellos lo hicieron así y es lo que hay que hacer". La cortinilla del boss, la voltereta y el espadazo, los diseños barrocos en los enfrentamientos finales o las partes donde tienes que atravesar tablones de madera escuálidos calculados milimétricamente para romperse en el momento preciso y darte los pertinentes sustos. Enemigos inexpugnables situados en puentes estrechos o masillas esperándote al borde de la puerta para golpearte mientras recoges un objeto, por no hablar de la bola gigante que rueda hacia ti, enemiga de primeras y aliada de segundas porque no discrimina amigo de adversario. Son tantas las situaciones, apareciendo aquí tan solo unas pocas fruto de un repaso mental puntual para este párrafo, que pareciera que Neowiz quería marcar todas y cada una de las casillas necesarias para satisfacer a todos los fans de los Souls.




No todo va a tener un tono negativo cuando hablo de Lies of P. Me parece un buen juego, sin más, con más de un momento inspirado incluso cuando muchas veces es directamente robado. Sí que aplaudo, por ejemplo, lo bien que ha sido traído el universo de Pinocho al juego, y cómo se producen una serie de dualidades y contradicciones de manera que se retuercen las moralejas de la historia que todos conocemos, dándole un punto de vista interesante. El cómo el juego abraza la mentira, porque eso nos convierte verdaderamente en humanos, o cómo se presenta una trama donde las marionetas aspiran a alcanzar la humanidad, mientras que los humanos aspiran a alcanzar la divinidad. Al contrario de lo que me pasa con todo lo jugable, sí que sentí alma en la historia, en su universo y en la forma de adaptarlo. Creo que existe la suficiente riqueza como, no para jugarlo únicamente por ello, pero sí como para destacarlo en un mar tan falto de personalidad.


También tenéis que tener en cuenta que no soy el mayor amante de los Souls. He disfrutado los Dark Souls que habéis visto por aquí, y les reconozco toda su importancia, pero nunca me he considerado un gran aficionado. A día de hoy, tampoco lo ponen fácil el resto de compañías que intentan imitar la fórmula una y otra vez, otorgándonos productos faltos de intención más allá de aprovechar la moda. Lies of P no es uno de estos, pero no ha curado mis males al respecto. Más bien todo lo contrario, ya que ha servido para afianzar mi teoría de que no disfruto tanto de estos juegos como debería. No es, ni siquiera, un tema de dificultad, porque son juegos que se me dan bien, es un tema de sentir que existe demasiado mantra alrededor de estos títulos, y que se le perdonan muchos errores porque se considera que están hechos con una intención que yo considero diferente. Por eso, supongo, mi souls favorito sigue siendo a día de hoy Sekiro: Shadows Die Twice, el juego menos souls de todos, donde prima la habilidad por encima de todo lo demás. En dicho juego de FromSoftware, el baile de espadas se antepone a los menús mirando números, cosa que me lleva cada vez más al tedio, con pestañas de inventario repletas de objetos con descripciones vagas y multitud de armas de las que solo acabo utilizando una -tal y como, por otra parte, me ha pasado en Lies of P-.




Neowiz ha conseguido un juego contundente y bastante disfrutable, que cumple las expectativas cuando ni siquiera creíamos que fuera del todo real. Supongo que es un buen resumen de lo que me ha pasado con él: es un juego que, con existir tal y como se vendía, ya suponía un triunfo, cuando yo simplemente exijo un poco más de alma en lo que juego. Quizá Neowiz lo consiga en el siguiente intento, especialmente si, como parece, busca más cerebro, corazón y coraje.



Jugado en PlayStation 5, a través de la suscripción a PlayStation Plus.

No hay comentarios :

Publicar un comentario