THQ Nordic apostó por resucitar por enésima vez Alone in the Dark. El resultado no fue el esperado, pero dista mucho de la catástrofe que pintaron algunos.
Grace in the Dark fue una buena noticia. El prólogo gratuito que tuvimos allá por mayo de 2023 parecía anunciar que la cosa iba bien para Pieces Interactive, pero a pocas semanas del lanzamiento del juego se anunciaba el retraso del mismo. Alone in the Dark acabaría saliendo, finalmente, en marzo de 2024, con una repercusión un tanto discreta y una lluvia de críticas que, ahora que he jugado al título, considero excesivas. Sea como fuere, Pieces Interactive fue cerrado a raíz de todo este proyecto, por lo que, con todos estos ingredientes, no podemos decir que Alone in the Dark haya sido un éxito y, para colmo, la sensación es la de que la franquicia ha vuelto a la nevera, sin saber muy bien qué hacer con ella.
Nos tocará aislar el contexto de lo que es el juego. Quizá precisamente por tener toda esta aura negativa, llegué escéptico a mi partida para encontrar un juego mucho más resultón de lo que esperaba. En ningún momento se acerca a los grandes del género de los últimos años, quedando a kilómetros de los títulos que todos tenemos en mente, pero es un título a destacar dentro de una zona media, especialmente cuando es difícil encontrar algo que merezca la pena dentro del género. Alone in the Dark empieza mejor que acaba, desde luego, pero con todo y con eso no puedo dejar de sentir que siempre lo veía mejor de lo que esperaba. Es de esos juegos un poco toscos, con animaciones muy mejorables, pero donde nada se acaba complicando lo suficiente como para que esto sea un problema. Precisamente, si la parte final supone un bajonazo es por ir demasiadas veces a la acción como recurso cuando el sistema de combate es demasiado plano. Menos igual me dio una historia que en ningún momento me atrapó y, sobre todo, una serie de problemas con puzles y marcadores en el mapa que me perdieron más de lo necesario. Alone in the Dark no es un juego malo, pero sí es un juego antiguo en su concepto y presentación. Más cuidada sentí su puesta en escena e iluminación. También se siente bastante variado, con un equilibrio decente en escenarios y en el balance puzle-acción. De ambientación no va tan bien, y podría haberse esforzado por ofrecer una experiencia más inmersiva.
Realmente, Alone in the Dark es ese juego donde vas encontrando munición en cajones donde no tiene sentido, donde no puedes cruzar un pequeño precipicio de un centímetro o saltar una pequeña mesa simplemente porque no existe una animación para ello. Un juego arcaico, con la suficiente tecnología actual como para parecer pintón y a la misma vez la suficiente sutileza en algunos planos inspirados para rasgar algún punto extra al homenaje -no me pidáis que recuerde nada del Alone in the Dark original ahora mismo-, pero que a todas luces queda corto en todo lo que propone. Por suerte para él, no está el género como para exigirle demasiado.
Jugado en PC (Steam), con una copia de prensa proporcionada por THQ Nordic.
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