SLIDER

16 jun 2025

INFINICLICK - ANÁLISIS


Mi primer clicker/idle game.




Estaba yo, un día cualquiera de una semana cualquiera, mirando las telarañas de mi salón, esperando la llegada de to a T y que Xbox metiera, como prometió, Metaphor ReFantazio a Game Pass. No tenía sentido empezar ningún juego, así que decidí simplemente esperar, poniendo un poco al día El BloJ con los análisis que tenía pendientes de escribir. Sin embargo, un privado en Discord alteró todos los planes. Nacho AB, desarrollador del juego que nos ocupa hoy, se ponía en contacto conmigo para ofrecerme amablemente una clave de su nuevo juego. Claro, siempre que pasan esas cosas tiemblo porque, como algunos sabréis, lo de puntuar juegos por aquí es deporte de riesgo. Así que le advertí al respecto, lo cual no supuso diferencia a la hora de ofrecerme su juego. También había otro problema: me estaba ofreciendo un idle game, y nunca había jugado a uno, por lo que a lo complicado que es hacer una review de un juego que te ofrecen, que puede salir mal, había que unirle que se trataba de un juego de un género del cual este es mi primer exponente. Sin embargo, más allá de su amabilidad y comprensión, lo que decantó la balanza fueron las palabras mágicas: "es cortito".


Viendo que las telarañas de mi salón no se movían, acepté con temor el juego, y no tardé ni medio minuto en poder relajarme, porque el juego que había recibido era bueno.




Infiniclick es un proyecto humilde que me confirma lo que sospechaba prejuiciosamente de esta clase de títulos: lo más importante es hacer el juego atractivo al oído y a la vista. Es tan sencillo como que, al fin y al cabo, si en un juego vas a hacer miles de clicks, asegúrate de que ese click dé gustito a la parte del cerebro que tiene que tocar. Lo mismo con la interfaz, que ha de ser amigable, abrazando un poco el toque cozy que pide la naturaleza de esta clase de juegos. Porque, por si hay algún despistado -y quizá debería haber empezado el análisis por aquí-, los idle games son juegos que te hacen compañía, que están como en un segundo plano mientras vas haciendo otras cosas. Infiniclick siempre funciona de esta manera, como una mascota de escritorio a la que puedes prestar atención, o no.




Prestar esa atención supondrá, siempre y cuando optes por el modo historia y no por su modo infinito, que lo termines antes, pero siempre parece querer dejar claro que ambas vías son igualmente aceptables. La excusa del juego es también un clásico: un debt collector donde devolver una cantidad inicialmente inimaginable de dinero a una empresa abusiva. Para ello, deberemos ir generando una serie de ingresos a través de distintas aplicaciones. Por resumir, participar activamente en ellas generará más dinero que si las dejamos a su aire, pero al final la meta se acaba alcanzando de cualquier manera. Estas aplicaciones van desde, simplemente, generadores de dinero por paso del tiempo, hasta minijuegos. Un tower defense, un pseudo RPG, un miniajedrez o hasta un minijuego de poner multas. El juego es consciente de que no tiene por qué apetecerte jugar a todo a la vez, todo es secundario, y los requisitos para llegar al final son más bien reducidos. Dejando, en mi caso, un par de aplicaciones un poco de lado, mi partida tardó unas tres horas en ver su final. Sí que puedo quejarme algo de su parte final, donde una nueva aplicación se desbloquea y, para mi gusto, complica demasiado el tema justo cuando el jugador ya veía la línea de meta, pero no deja de ser una pequeña curva sin más.


Más allá de esto, eché en falta un mayor control del escritorio donde se reparten las aplicaciones. A veces sentí agobio, demasiada información, y es difícil acceder a las aplicaciones que quedan al fondo con los iconos sin ejecutar. Existen atajos y maneras de contrarrestar todo esto, y siento que podría haberme esforzado un poco más en optimizar mis espacios, pero a la misma vez creo que faltan algunas opciones adicionales para gestionar tanta ventana a la misma vez. Más que gestionar el espacio, sentí que me dedicaba a quitar cosas de en medio.




El principal problema de este análisis es que, como dije, es mi primer idle game, y no puedo compararlo con nada. Mi experiencia ha sido positiva, y mi olfato videojueguil me dice que si llevara mil juegos de estos mi experiencia también habría sido positiva. No es un juego que te vaya a cambiar la vida, porque claramente no lo pretende, pero hace todo bien y, aunque tiene un punto abrumador en alguna ocasión, ayuda a ofrecer una experiencia relajante que te acompañe en un segundo plano, esperando para ti en esos ratos muertos que salpican tus actividades principales.



Copia de prensa proporcionada por Nacho AB.

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