Tras varios periodos de beta cerrada y una abierta, ya tenemos libertad para hablar de Rematch, así que aquí van mis primeras impresiones.
No es esto un análisis, por supuesto, porque el juego no ha salido todavía. Lo nuevo de Sloclap (Sifu, Absolver) supone un gran viraje con respecto a sus anteriores trabajos, y aunque al principio hubieron más escépticos que ilusionados, lo cierto es que, tras su beta abierta de este fin de semana, se ha convertido en uno de los juegos con más potencial para llegar donde otros no han siquiera soñado.
Mi experiencia con Rematch, cariñosamente llamado FIFU, abarca dos periodos de betas cerradas donde tuve acceso muy temprano al juego, y una beta final, este fin de semana, donde el juego se ha abierto para todos aquellos que solicitaron su prueba a través de Steam. En total, han caído unas cinco horas de Rematch entre betas cerradas y no tan cerradas, en lo que puedo confirmar que se ha convertido en mi pequeña gran obsesión.
Lo cierto es que el título de este texto es un poco engañoso, porque no, en ningún momento pienso que Rematch es capaz de hacer tambalearse a un gigante como Rocket League, incluso cuando el juego de Psyonix lleva sin ofrecer ideas frescas ya unos cuantos años. Mi sorpresa viene más de una manera personal, cuando lo que siento es que Rematch puede ser el primer juego que me haga quitarle muchas horas a Rocket League. Primero, porque me apetece desintoxicarme de tanto Rocket League, donde claramente llevo estancado mucho tiempo, y segundo, porque aquella persona con la que jugaba Rocket League también es target de este Rematch, y por lo que, como bien nos ha demostrado su beta, puede ser nuestro juego fetiche para los próximos años.
Y es que, aquí viene ya la plataforma de entrada a estas primeras impresiones, si algo me ha gustado de Rematch ha sido su apuesta por simulación y arcade a partes iguales. Todo se siente rápido y de alguna forma irreal, pero hay un punto intermedio donde el juego te pide jugar bien y en equipo, respetando tu posición y las tareas que van asignadas a ella. Por esto, la primera lectura es bien sencilla: Rematch puede contentar a aquellos que no sufran tanto con grandes gotas de caos, en partidos locos donde todos van al ataque, nadie da un pase y todos dejan desnuda la defensa, y a la misma vez a aquellos que prefieren una experiencia más tranquila y de juego en equipo, siendo para esto indispensable hacerte con un buen puñado de amigos que quieran jugar como tú quieres jugar. Rematch se explica como una especie de fútbol sala arcade, que mezcla un poco de FIFA Street con Blue Lock para entregar un juego que funciona mejor de lo esperado a los mandos. Sí, en este FIFU vas a ver un par de chilenas en cada partido, se trata de eso, pero a la misma vez, apuntar para meter ese gol de chilena requiere de un posicionamiento y una intención a la hora de disparar que se alejan de pulsar simplemente un botón.
Tanto es así, que el control de balón es de lo más llamativo que he podido encontrar con mis horas de juego. La sensación de que el balón va libre, va suelto, y que tu lo atacas con cada uno de tus movimientos, en lugar de ir pegado a tu pie. Lo mismo pasa con los pases y su apuesta por el control de 360 grados unido al stick izquierdo. Curiosamente, llama la atención una máxima que pronto aprenderás en el juego: el pase se marca con la dirección del stick izquierdo, mires donde mires, pero el disparo se marca apuntando con la retícula de la cámara, dificultando bastante los lanzamientos y acercando todo más a la simulación.
¿Y qué me decís de esos porteros-delanteros? Porque Rematch abraza el patio de colegio para ofrecerte la posibilidad de salir de tu portería y convertirte en otro jugador más, con una animación bien vistosa de quitarse los guantes de tus manos como indicativo de que quieres jugar con los pies. Si decides hacerlo, puede que alguien te cubra y, en el momento de entrar a tu área, se ponga los guantes para convertirse en el nuevo portero. No sufráis, sé que esto suena a mareo, pero la realidad es que casi todo el mundo se queda bajo palos porque, sencillamente, ser portero es algo divertidísimo. Con tan solo dos tipos de atajada, una por el suelo y otra palomitera anti-escuadrazos, Rematch consigue que lo de "ulti en ponerme" no se diga nunca.
No tengo grandes dudas con Rematch, siento que le puede ir bien. No lo tenía tan claro cuando vi que el juego no iba a ser gratuito, pero tras el anuncio de su inclusión en Game Pass, junto a la explosión de su beta que ha habido esta semana -hemos visto a varios streamers de gran importancia dándole a Rematch-, siento que pocas veces un juego ha tenido tan a tiro, nunca mejor dicho, marcarle un golazo a los juegos-servicio. Más dudas me deja la mecha que puede tener, porque es un juego que a veces siento que puede dar un flechazo inicial, para luego agotar pronto sus recursos, pero como mínimo esta es la base ideal para que Sloclap empiece a construir desde aquí.
Dije que esto no era un análisis, pero la verdad es que está quedando como tal. Hay mil matices y cosas que comentar, pero de eso ya nos encargaremos el 19 de junio, cuando el juego salga finalmente a la luz tanto en PC, como en Xbox Series, como en PlayStation 5. Yo, que he tenido la suerte de participar en distintas betas, he podido sentir verdadera evolución en cuestión de meses, por lo que mi fe en que de aquí puede salir algo grande es total. De nuevo, mediante buenas animaciones y un control bastante más intuitivo de lo esperado, ante algo que suena tan difícil, Sloclap se posiciona como capaz, como mínimo, de darnos uno de los juegos del año.
No hay comentarios :
Publicar un comentario