Confesiones a toro pasado.
No soy un gran fan de Jet Set Radio. Lo tengo que decir con la boca pequeña, porque no puedo estar tantos años llevando a Sega tan en el corazón y a la misma vez no sentir la chispa cuando se habla del título de Smilebit. A día de hoy puro culto, de Jet Set Radio me quedé con la superficie y no con el juego. Me gustó su arrolladora personalidad, con enormes ganas de hacer algo distinto, pero luego con el mando en las manos nunca sentí nada parecido a la pasión que despertó en su generación. Quizá, por todo eso, no he sido un gran fan de Bomb Rush Cyberfunk.
Esto no es, desde luego, ninguna sorpresa, porque es imposible realizar un análisis, comentario o nota a pie de página hablando del juego de Team Reptile donde no se mencione Jet Set Radio. Lo cierto es que la influencia es tan grande que, antes de que saliera, los más cultistas de Jet Set Radio llegaron a despreciar el título por su enorme parecido, saltando la barrera de la influencia y homenaje para coquetear con el robo de propiedad intelectual. No dio para tanto la cosa, desde luego, pero lo cierto es que cuando el juego echó a rodar en agosto de 2023, se le alabó de manera unánime.
Mi interés en el juego no era muy allá, pero cuando apareció dentro del catálogo de PlayStation Plus decidí amortizar mi suscripción dándole la oportunidad. Me encontré un juego decente, pero de nuevo, alejado de la pasión, tal y como me pasó con Jet Set Radio. El resumen es que del juego de Sega me pude quedar con su alma, con su presentación y su personalidad, pero en Bomb Rush Cyberfunk no puedo hacerlo, ya que es, simplemente, una toma de ideas e inspiraciones adaptadas un poco a lo que "se lleva" en los años que nos tocan vivir. Bomb Rush Cyberfunk ha sido para mí un juego decente, pero que no se ha podido ganar el extra de personalidad que sí tenía, por cuestiones obvias, Jet Set Radio.
He disfrutado encadenando rutas, he disfrutado y salido loco a partes iguales con la selección musical, y he echado un poco de menos una capa extra de pulido en el coqueteo con un sistema de combate que a todas luces empeora el juego. Sobre los raíles, Bomb Rush Cyberfunk funciona bien, pero cuando presionas L1 para soltar tu skateboard para empezar a andar y golpear enemigos, sentía que estaba en un juego bastante mediocre. Sea como fuere, no es esta la intención de Team Reptile, que siempre apuesta por la huida antes que por la confrontación, pero este discurso tropieza un poco consigo mismo a la hora de incluir jefes de fin de fase y similares.
Me quedo de nuevo con un sabor agridulce, con la sensación de que alguno de estos juegos puede llegar a enamorarme como llegó a hacer, por mencionar uno, mi querido Seafrog (OhMyMe Games). Bomb Rush Cyberfunk cumple, pero no va a ser el juego que me haga darle otra vuelta a Jet Set Radio. Como veis, teniendo en cuenta que no soy el mayor seguidor de sus influencias, y que jugué al juego simplemente porque me lo pusieron delante, supongo que podemos sacar la lectura positiva de que ha ido lo mejor posible considerando los ingredientes de la receta.
Jugado en PlayStation 5 a través de la suscripción mensual a PlayStation Plus.
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