SLIDER

7 oct 2018

Ni no Kuni II: Revenant Kingdom

Por un mundo donde no existan las decepciones.



Pido perdón por adelantado por cualquier barbaridad que pueda decir. Me siento de alguna manera desnudo ante este análisis, y es que lo que vais a leer es un análisis de alguien que no ha jugado Ni no Kuni: Wrath of the White Witch y que, esto va como extra, no disfruta con las películas del estudio Ghibli. En cualquier caso, lo que nos importa es el hecho de que no encontraréis en este análisis referencias "evolutivas" ni comparativas con el primer juego que no salió en PC -motivo por el cual no lo jugué-. Al que sí jugué fue al de DS, y vaya, ese sí que me gustó.

Pero vamos ya a entrar en faena. Ni no Kuni II pierde al estudio Ghibli pero es más una formalidad que una realidad. Yoshiyuki Momose, diseñador de personajes y Joe Hisaishi, célebre compositor, repiten roles en la aventura, y el hecho de que el estudio Ghibli como tal no se encuentre presente se debe al modo "standby" que adquirió y que coincidió con la producción de este Ni no Kuni II. Visualmente deja en evidencia lo que hay detrás, y no, no tengo grandes quejas visuales más allá de que las partes nocturnas se me antojaban un poco feas. De todas formas decir que Ni no Kuni II tiene algo de feo es de ser muy valiente y también muy tonto, pero he de decir que, quizá porque mis ojos se acostumbraron, las buenas impresiones del principio se fueron mermando. Lo que sí he de reconocer es el estupendo trabajo de animación facial de todos y cada uno de los personajes del juego.


Ni no Kuni II falla en todo. Así de claro. ¿Por qué no lo abandoné? Porque cuando quise darme cuenta y el aburrimiento me dio un golpe de realidad llevaba ya 15 horas. 15 horas mirando un envoltorio bonito, unido a mi predisposición para adorar este tipo de juegos. Ni no Kuni II es un fallo completo para alguien que ha jugado a muchos juegos. Todo se puede resumir en que falta magia. No he jugado como digo al anterior, pero estoy convencido de que esa "magia" se encontraba presente.

Hemos superado esa etapa de "los juegos son para niños". Ahora un adulto de 40 años puede controlar a un Yoshi de lana sin que parezca que tiene el síndrome de Peter Pan. Nunca he dicho esto en un análisis y llevo ya más de 1.000 en este BloJ, así que agarraos porque aquí va algo nuevo: Ni no Kuni II es un juego extremadamente infantil. Es un juego que puedo llegar a recomendar a niños de 8 años pero, lo más importante, es un juego que no recomiendo a gente que tenga más de 14. Su historia es muy bonita, pero bonita para mal, bonita para que te pilles una diabetes. La historia sin duda es el principal punto flojo en este aspecto, ofreciendo situaciones ridículas y giros que se ven venir en cuanto llevas medio minuto de juego. Una cosa es que te guste una estructura "feliz", y otra que todo adquiera ese carácter tan infantil que convierte a Ni no Kuni II en un juego que bien podría ser canon de Dora la Exploradora. Los personajes claro está tampoco ayudan en esto.

Y es que tenemos a Roland, el escudero del rey que es el único que tiene intrahistoria. Evan, personaje principal, es un niño que se ve forzado a ser rey prematúramente, y la verdad es que no tengo grandes quejas sobre él. Es raro porque este tipo de personaje es el que lo suele tener más difícil para gustar y aquí sale bien del paso. A él se le unirá un reparto horrendo como pocas veces he visto en un juego. Tani y Batu son dos piratas que se unen a la vez, y si ya es una mala noticia cuando un personaje se me añade a la plantilla en un RPG cuando son dos a la vez no os quiero ni contar. Su función es directamente nula, y no aportan nada. Además de estos dos piratas, también llegarán más adelante nuevos personajes que, atención, no sé cómo se llaman y no me voy a molestar en buscarlo. Personajes completamente vacíos, que jamás serán tocados por ti una vez tengas tu equipo inicial. No es que le sobren personajes, es que además su presencia es nula. Los bichetes llamados Higgledies que nos acompañan tienen más historia que ellos.


Llevo ya un buen rato hablando de varias cosas, pero todo va en la misma línea: historia. Una historia que ya de por sí está muy masticada en miles de juegos, la unificación de todos los reinos con un tratado de no agresión por el bien del planeta. Algo así como Mass Effect pero más recogidito. Quizá la historia tendría más interés si Ni no Kuni II no fuera una sucesión continua de diálogos que pasar con el A en detrimento de escenas de vídeo. Eché mucho, pero mucho de menos que se me contaran las cosas desde secuencias de vídeo y no desde bocadillos que ni siquiera tienen doblaje. Cuando se te cuentan momentos trascendentales con letras que van haciendo ruidito en la pantalla notas una dejadez por la historia importante, y si encima esos diálogos intentan mostrar el acento de los que hablan haciendo incómoda su lectura, ya no os quiero decir más.

Dejando ya claro que la historia tiene un montón de puntos mejorables en contenido y narrativa y que los personajes están tan trabajados como la España de Hierro en el mundial de Rusia 2018, pasamos a hablar del juego en sí mismo.

Como dije, todo falla en Ni no Kuni II. Es un juego que tiene una estructura de la década pasada. Un JRPG que no va por turnos -principal novedad con respecto al anterior- con su mapa del mundo, misiones, recados y miles de millones de objetos de los cuales solo usarás tres. Un juego que mete mecánicas de crafteo que sólo sirven para que tengas en el inventario siete tipos de leche, cuarenta y cuatro mil flores y seiscientos doce huesos que no habías visto en tu vida. La cantidad de basura que coges y que no vas a usar hace que Ni no Kuni II parezca un juego de Bethesda. En cualquier caso, dejando eso de lado, el mundo se divide en zonas a las que, oh sorpresa, podrás acceder conforme vayas adquiriendo vehículos como son el barco y el avión. No es algo que me moleste, pero es para que os hagáis una idea de lo clásico que es en su estructura.


Combates que vienen de la saga Tales of, solo que sin sentido. La saga Tales of ofrece un caos importante en sus batallas, pero hay una gestión de IAs detrás de todo ello muy importante. Aquí no es que sea mala, es que no la hay, así que prepárate para ver cómo los personajes que no controles gastan todo ese MP que estabas ahorrando para el boss. Tampoco te preocupará mucho, porque estarás mirando el móvil mientras presiones los botones X e Y mecánicamente sin importarte lo que pase en pantalla. Los hechizos son más habilidades y la verdad es que, quitando un par, la mayoría son inútiles. No esperes nada espectacular, ni invocaciones, ni superataques, tan sólo combates con nula estrategia donde ni las esquivas ni los bloqueos tienen algún sentido. El mayor machacabotones que puedes imaginar.

Y teniendo en cuenta que vas a hacer esto el 90 % del juego, ya que te toca luchar para subir niveles y mejorar habilidades, pues es una losa muy grande. Además, no existe enemigo que se mate de manera especial, la estrategia con todos es la misma, incluyendo bosses, y por si no es suficiente los enemigos se van repitiendo una y otra vez sin grandes variaciones entre continente. La misma ameba pero ahora de fuego, el mismo enemigo pero ahora en versión bruta, el mismo hada pero ahora de hielo... no hay diversidad ni en mazmorras ni en el mapa del mundo.


Ni no Kuni II completa su sistema de juego con las criaturas mencionadas con anterioridad, los Higgledies que ofrecen habilidades especiales a los personajes durante las batallas. Lo único que consiguen es poblar la pantalla de bichetes, y acaban siendo más un coleccionable que una verdadera herramienta. Además, durante el juego se te otorgan hechizos "de campo" que te permiten acceder a nuevas zonas, formando esto parte de la historia. Por todo esto, por estas criaturas pequeñas que se te asignan en batalla y los hechizos de campo, reviví el recuerdo de las sinergias de Golden Sun y su carácter completista/coleccionable.

En lo que respecta a todo lo que ocurre fuera de los combates Ni no Kuni II es bastante rígido, pero pocas quejas. Celebré que, en un juego que me gustó tan poco, existieran tantos viajes rápidos disponibles. Como mínimo te ahorrabas paseos a la hora de hacer recados. Eso sí, preparaos para un festival absurdo de paredes invisibles como hacía años no encontraba. Aunque se ofrezca la posibilidad de saltar cualquier mínimo resquicio te llevará a una pared invisible que te hará dar la vuelta por donde has venido. Un horror menor, pero un horror al fin y al cabo.


Ni no Kuni II intenta ir más allá y ofrece dos principales bloques que funcionan como minijuegos, aunque son parte fundamental del juego: las escaramuzas y la gestión del reino.

Las escaramuzas son, con diferencia, lo peor que le ha pasado a Ni no Kuni II, y eso que ya llevamos un buen puñado de cosas malas. Minijuego de pseudoestrategia donde tienes que ordenar a tus tropas para que ataquen a los enemigos, siendo tú una especie de semidios de un MOBA donde tu única preocupación es la de invocar poderes en el momento adecuado. Lo mal llevadas que están y lo aburridas que se hacen no es ni medio normal, y muchas veces dependes de que los enemigos se queden atorados y el spawn no te juegue malas pasadas.

Si tengo que quedarme con algo malo por encima de todo, sin duda esto

El segundo minijuego se ha llevado bastantes palos, pero a mí me ha convencido más. Se trata de la gestión de tu reino, metiendo una especie de juego de gestión dentro del propio Ni no Kuni II. Una gestión facilona pero eficaz que he de reconocer que es bastante adictiva. Mejorar tu reino, asignar aldeanos a cada una de las estructuras que has hecho y obtener los beneficios pertinentes sacarán tu lado más capitalista. Cada edificio tiene ventajas y, mediante la investigación, puedes adquirir diversas mejoras. Eso sí, un auténtico crimen haber incluido un sistema de tiempo que no va con el tiempo real. Elegir una mejora para investigación puede llevar 45 minutos que además te exigen que sean del juego, por lo que no quiero ni sumar la cantidad de horas que necesitas para desbloquear todo. Además, esto entra en conflicto con el propio juego que a veces te pide que investigues algo concreto para avanzar, cuando quizá estás ya investigando otra cosa como me ocurrió dejándome de brazos cruzados durante media hora.


Todo esto y muchas cosas más que estaré olvidando han hecho que Ni no Kuni II sea un juego que empecé disfrutando por mis propias ganas de jugarlo hasta que abrí los ojos. Es imposible que pueda recomendar Ni no Kuni II, y a la misma vez soy capaz de reconocerle el trabajo que ha llevado. Durante gran parte del juego pensaba que era una gran decepción, pero he acabado pensando que simplemente es un mal juego.


6 comentarios :

  1. Me alegro que el de DS si te gustara :) Juego que casi nadie ha jugado porque no salió de Japón y en los medios básicamete casi nunca seha hablado de él que es una puta pena :(

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    1. Ya ves, yo es que me enteré del de DS por la traducción que hicieron, si no no sabría ni que existía xD.

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  2. Como se me nota la querencia de Juego de Tronos, son cinco, no siete reinos. xD

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  3. Gracias por tu comentario!

    "Aunque el mío tiene una ventaja, yo me he terminado el juego y tu has jugado un tercio.". No sé de dónde has sacado eso, o dónde he podido dar a entender eso. He jugado al juego completo, del principio hasta el final.

    Sobre los combates, puede que lleves razón, puede que tenga un sistema de combate profundo que no quise ver, y que tenga muchas posibilidades, pero mi realidad es innegable: acababa todos, TODOS los combates machacando un mismo botón todo el rato. Llegué a farmear mientras miraba whatsapp con una mano durante gran parte del juego, cambiaba de personajes para machacar los mismos botones, repetía una y otra vez las mismas exactas batallas haciendo exactamente lo mismo ¿Hay tantas posibilidades como mencionas? Seguro que sí, pero no sirven para nada porque si te dedicas a machacar los botones la victoria te llega igual, por lo que la cosa pasa por un "mal" diseño, y lo entrecomillo porque le pasa a muchos juegos y no tengo por qué personalizarlo en éste. Y yo no sé, pero esto se aplicaba a bosses y batallas principales. No sé, un desastre. Y esto también enlaza con lo de que los bosses se maten de la misma manera. Pues... sí, yo los maté como digo, de verdad. Recuerdo tan sólo uno que me hizo tener que estudiarlo, o tener que hacer algo para llegar a su parte de arriba con una minisección de plataformas. El resto lo maté repitiendo ataques tal y como mataba a cualquier enemigo que aparecía por el mapa. Quizá es que iba demasiado fuerte en cuanto a nivel y no necesité desarrollar estrategia alguna. Y bueno, sí, tienen ataques distintos... ¡faltaría más! Si no apaga y vámonos.

    Sobre la parte de gestión como digo en el texto me convenció más. Sobre el RTS, no me gustó nada, pero aquí sí que entran gustos. Eso sí, lo de "esforzarte por ganar a partir de la mitad" en esas escaramuzas no me parece tan cierto. Como digo no me gustó nada, absolutamente nada, y lo dejé de lado tras dos/tres batallas. Me encontré al final del juego con la escaramuza final, y tras repetirla tan sólo una vez la pasé sin problemas. Quizá te refieras más a batallas opcionales o algo así, pero en cuanto a la historia no tuve problemas, más allá de comprobar con pavor que el juego me obligaba a pasar por el aro xD.

    Las secundarias, bueno... pues secundarias, sería injusto darle palos a Ni no Kuni II por ella porque es un mal casi de la industria. Como dices muchas de las misiones ya las llevas hechas por tener ese inventario absurdo lleno de objetos.

    Sé que te gustó mucho, y sólo por ello si ya le tenía ganas sabiendo eso lo cogí con todavía más. La caída fue más dolorosa, desgraciadamente.

    ¡Pocas veces estamos tan en desacuerdo! Alguna vez tenía que ocurrir xD. Yo lo tengo entre lo peor del año.

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  4. Perdón, perdón, entendí que las 15 horas te habías dado tiempo de que no te gustaba y lo habías dejado.

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    1. Ah, no, jaja, a las 15 casi lo dejé pero no. En ese momento volví a él con ganas y un actiud diferente, pero ni asi consegui que me gustara.

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