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19 oct 2015

Rocket League

El verano aparece, y llega un día en el que un amigo se aburre lo suficiente como para invitarte a su casa a echar una buena tarde -por no decir noche también- de PES. Tras partidos que enfrentan a un equipo de la segunda división francesa con uno de la segunda inglesa, surge el tema de que con el PS Plus van a dar el mes que viene un juego de fútbol con coches. "Pues sí, invítame cuando salga que a mí todas esas mierdas me pueden", le dije.



Street Racer (1994)
Por mi mente pronto pasó el Zero Gear, un juego indie de gran adoración por unos cuantos locos que nos atrevimos a jugarlo y que tenía, además de las clásicas carreras a lo Mario Kart, varios modos donde era posible jugar al fútbol, al hockey o incluso a una máquina de pachinko. Esperaba algo similar con Rocket League, pero claro, las diferencias entre aquél juego de NimbleBit y el que hoy nos ocupa son enormes, a pesar de que el juego de Psyonix (Nosgoth) tampoco es ni mucho menos un AAA. Al fin y al cabo no es lo mismo hacer un modo para un juego de carreras -también a lo Street Racer- que un juego únicamente dedicado al noble arte del balonrueda.

Así que hoy toca un análisis bastante trampa, porque realmente estamos ante la versión de PS4 y no la de PC. Sí que probé la de PC, pero del total de horas echadas al juego el 95 % fueron en PS4 gracias a mi querido amigo Bleak. Sin embargo, como no creo que pueda jugar a mucho más de PS4 -llantos desconsolados y ahogados-, el análisis va directamente a la categoría de PC. Total, no es que cambie mucho la cosa.

Mis expectativas quedaron superadas, y eso que en ningún momento me dio algo que no pudiera esperar. Un botón para saltar y hacer acrobacias en el aire y otro para turbo es lo único que se sale de los controles básicos de conducción. Dos porterías, dos equipos y un balón. Imaginarse Rocket League es bien sencillo, pero cuando te pones a los mandos, ay, cuántos orgasmos balompédicos te esperan tanto en el online como en los enfrentamientos contra bots -de IA curiosa, capaz de lo mejor y de lo peor-.

Parece gol, pero tampoco 100 % seguro

La propia Psyonix tampoco creáis que estaba preparada para semejante éxito. Rocket League ha sido el juego del verano, y se ha jugado hasta el infinito durante esa calurosa etapa del año. Y lo que le queda, porque los DLCs siguen llegando. Nadie podía pensar que un juego tan sencillo pudiera situarse entre los juegos más jugados a nivel mundial, pero Rocket League lo merece por su desenfadada mecánica de juego -no veréis nada que se salga de lo que podáis tener en mente- y a su misma vez por la extrema habilidad que requiere para afrontar según qué situaciones.

Los ratos con este Rocket League en mi caso fueron indescriptiblemente divertidos, y el nivel de adicción que genera es tal que me he contenido mucho a la hora de no autoinvitarme a casas ajenas. Pero aunque el nivel de diversión es extremo en este juego, hay que señalar algunas cosas que no lo convierten en el juego perfecto. Más allá de que cuando el juego pase de moda es bastante difícil alcanzar el grado de satisfacción actual que tiene por la cantidad de gente jugándolo, hay que decir que Rocket League es un tanto corto en cuanto a opciones.

Esto es lo menos espectacular que podréis ver

Ofrece distintos coches -todos con las mismas características que yo sepa, hablamos de meros cambios visuales-, distintos estadios y un modo torneo, pero nada más. No, no le estoy criticando por no meter un modo historia o alguna tontuna de esas, lo critico por no haber sido más valientes a la hora de jugar con los diseños. Podrían haber cambiado la forma en algunos estadios, y en vez de optar por esos óvalos apostar por otras posibilidades, lo cual creo que no era tan difícil y aumentaba la variedad del juego -aunque todos acabarían jugando en los mismos estadios-. O quizá simplemente plantar bloques en mitad del campo, qué sé yo. Las posibilidades estaban ahí y es lo que me pide el cuerpo al comprobar que todos los estadios son iguales y por tanto la jugabilidad es la misma desde el minuto uno. Quizá esto ha sido solventado en algún DLC que desconozco, pero lo que jugué era así. No hablo ya de power-ups y demás cosas que acaban por desvirtuar la esencia del juego. Esencia resumida en que, a pesar de que la habilidad es más que un plus, cualquiera puede jugar y está en condiciones de ganar una vez se haya familiarizado con los controles y las físicas.


Pero son meros apuntes. Pensad que cuando alguien habla de un juego acerca de las cosas que podrían haber metido es porque no tiene posibilidad de meterse con lo que ya está hecho, y eso dice mucho de lo bueno que es. ¿Alguien dudaba de que me iba a enamorar?


9 comentarios :

  1. Sabes que puedes "autoinvitarte" (donde "auto" hace referencia a "los coches del Rocket League" XD) cuando te salga del cigoto! :D

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  2. Me pareció divertido sin más, pero solo jugué contra los bots. Le daré un tiento más serio a ver si le veo la gracia, que me has picado con el análisis.

    Saludos fremen

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    1. Jugarlo contra los bots es haber jugado al juego en un 25 %. Convence a alguien para jugarlo contigo a ser posible en persona y revive las tardes mágicas del cooperativo local.

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  3. De acuerdo, has logrado captar mi atención y convencerme para probarlo de una maldita vez. ¡Rocket League, allá voy!

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    1. Ahora que todo está repleto de gente jugándolo es el momento.

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  4. Uno de los juegos del PSPlus que más caña le he dado en PS4.

    Divertidísimo pero tampoco es perfecto. Porque en algunos momentos es desquiciante. El depender más de las putas físicas de la pelotita que de tu habilidad para chutar con el coche, convierte cada partido en una lotería en la que te da un puto infarto cada vez que vuela el balón...xD

    Buen análisis. Un Saludo.

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    1. Hombre pero las físicas son regulares. Quiero decir... No serán muy realistas pero una vez que las entiendes es cuestión de habilidad del jugador. No es muy aleatorio.

      En cualquier caso todo eso juega en su favor y permite que sea tan accesible y que no sea un juego para los que se lo tienen trillado :D

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  5. Un juego que ha dado justo en el clavo, es intuitivo, sencillo de controlar, y super adictivo. Para ser sincero solo lo jugué por dos semanas en una versión pirata, pero me gusto un montón así que cuando mejore mi computadora seguro lo compro para darle al online jaja
    Saludos.

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